santo
de plata viviendo en la electricidad geometría que se retuerce dirigiéndose con palomas sin índice originario en la
aventura todavía silencio de banderas todavía luna tan luna del comercio hacia
el hombre hacia el hombre todavía la esmeralda casada y el navío en carácter
indemostrable todavía la lógica que tiene paredes con tunas sin embargo la casa
estricta con los calendarios del radiotelegrama
adiós es posible nunca se parece al huracán la violeta eléctrica camarita con
ojos frondosos la nieve inútil entonces al taita choapinos
del balneario ahora los peumos sinceros que se oponen al charlestón el urgente adolescente océano y whisky
obscuro cara de llanto a la madera juro por los sueños cruzados arando
filosofía de ferrocarriles elegantes arreando las yeguas desnudas soy como los
telégrafos y lo mismo que las guitarras que se parecen al mar encima de lo antiguo sobrecogido paloma de luto del
atardecer asfaltado estrellas con melena de
episodios y adentro de las victrolas rubias el
periodismo del shimmy and soda alegremente carita de humo pirograbada en los bastones cotidianos
hacia el horizonte único en actitud de monumento desplumado con razones simultáneas como las peras grandiosas en caída
o la leche abajo clavándose volviéndose tremendo
rodaja obsesionante girando sobre lo mismo hacia lo
mismo galope de asnos impresionantes rajadiablos guardabajo entre los robles de
concreto palanca del trotamundos fuertemente libremente francamente rojo como las guantadas canciones de ladrones cuchilleros
solazándose la flor llagada de sol con voz así sobrepujando las vacadas más de
acero nunca boleadora en tirabuzón contra el cielo
arriba los asesinos tallados musculatura descubrimiento sin naturaleza son
aquellos los boldos redondos y aquella gran batea
debajo de los brazos mojados de la madrugada como
los ríos contentos frazada del hipódromo tendida
sobre bramidos admiro las patatas abriendo la tierra guatona y el alfalfal de
pintura tan espesa laceadura de potrones avanzados como el trigal «como el
maizal mijita sin embargo lagares hirviendo
entonces alegría de uvas tinturadas estupenda de
grandes huevos azules y felices reunión de pajares ruidosamente
y la heredad patética posiblemente drama del mundo a la grupa de las leonas
amarillas contrallorando las victrolas acordeón sin
porvenir una dirección ultra e innumerable
galopando lo adoquinado verso de francia con castaños alcohólicos la tísica
dramática eterómana ramera tan honesta como los vidrios
trizados del ideal dios inalámbrico emperador de sementera y de oficina
terrible seguramente auto sin alas con ópalos astronómicos la palidez claudica
en ese prudente sol de box tan violeta y la locomotora con sombrero apasionado
son ésos los vinos furiosos que muerden adentro del alma ardientes potrancas
enormes más buenas pero es la norma cortada a pico como el asesinato como la
suerte como el analfabeto o lo mismo que el corazón de entonces seminario de
valores continentales y máquina la bicicleta estaba más nerviosa que el
crepúsculo ahora se iba cayendo del alambre de la velocidad cuando yo la afirmé
y la empujé con la mirada pegándole trancazos de espíritu afeitado de angustia
en lagares sombreros maduros arriba de los pueblos techados de abejas cebolla
del sexo tan redonda debajo del verano panza de vino con trigo es historia más
arada que vientre de botella yo cosecho solitarias maquinarias literarias con
zapallos oceánicos poniente de sauces mundiales mistela de tiempo color redondo
color peludo llanto sin lengua panal lagar trigal todo lo rojo con cloroformo pero
con ganados con graneros con pescados vino de cebada bien alegre vino de
manzanas escuela de potros melena de choclos urgencia de toros sin cultura era
la niña bonita como un automóvil caramba la olla panzuda de legumbres con
barros morados u oxigenados güiras de maqui pial de raigun infantil como coco
caramba atando buey asado caramba y todo el sol adentro de los higos cuadrados
de miel oh bonito comparable a una laguna de tinta o a las bolas redondas de
las vitrinas de los boticarios mugrientos gran mujer lechera nido de gallina es
decir empolladora ulpo de harina grande tobillo de maleta de licores finos
guitarra de ciriaco contreras tendida a orillas de los peromotos mojados avanza
tu cesto de lechugas ahora entonces sol con loros redondos alegremente sin
violetas corazón agua de porotos peumo del alma chamanto de los puñados
americanos anca del cielo valiosa como un todo tallada en chile potrero de
animales desnudos provincias de jesucristo tan andadas polcas de gallos que son
cementerios tremendos postal del pariente pobre palmatorias de la familia sin
catre dorado invierno de aceitunas y el domingo de los empleados públicos que
es como los gramófonos demócrata del murciélago sin corbata ay la tristeza
solterona a donde vamos a enterrar el horizonte cuando se clausuren los caminos
además es el automóvil quinchado de teatinas el guaina de la manta trizada y
los novillos que devienen bueyes tan bueyes eso lo perdido catálogos de
máquinas a la lluvia causeo sin afeitarse mi amiga retrato de carácter amarillo
que tiene la voz nublada que se le olvida que se le ahoga como el corazón a la
antigüedad o como las guaguas que se mueren entonces polilla del mundo en la
almohada dios usado del cielo del pueblo la chepita vieja como el polo aquello
del alma que es día pueblino que está arrumado y mosqueado en las vidrieras de
los boliches italianos rosarios fiambres de hambre sin elegancia y tos rumiando
la pancutra económica tampoco es la risa química lo declaro ni el sol obeso con
su cadena de tonto arando no andando los cielos públicos nunca atardecer
municipal literatura de alquiler sobre las antenas oh árbol quebrado de la grúa
periódico roto oh periódico roto de la ciudad ahora oh ojos oblicuos que tienen
colores urbanos de jockeys el orador el orador que se incendia agonizando
aviones del occidente hurra los bares cubistas que degüellan la uva peluda de
lo clandestino niña del año virgen a la manera de los teléfonos calzón de
jersey con labios racimo de los besos pintados que parecen botellas de humo
aguafuerte del obrero sin familia un dolor mercantil como de ciudades como
planta que tuviese deudas o como recuerdo sin guaguas ahorcado lo mismo que
casa de ladrones semejante a esas maletas tan cargadas de kilómetros comparable
a la criada con espanto y a dios vendiendo la gran tierra soberbia historia de
huesos son los palos de fósforos empinándose significa dinamita hoy pobre
inútil y atornillado medallones de costumbres terreno con terremotos miedo del
alma que ignora y que afirma sol exacto la vida afuera yo lo mismo ahora antaño
antaño sombra en triángulos bueno palidez de palidez la luna parada mirándonos
en el instante se presiente eso lo aquello matemático en geométrico coyuntura
de ocasos con vidrios u ojo con muerto la soledad perentoria que se dirige a la
letra u como el rocío al agua florida adentro la pulga morena produciendo los
otoños a la manera del charqui asado con la melancolía aquella sí con la
melancolía aquella tan nublada del hombre que cruzó llorando pitando viajando
los pueblos siempre en el instante de lo amarillo más morado arma de fuego
semejante a la carabina lluviosa en lo dramático a la ametralladora conmovida
cerrada la cara cruzada tumba de guerrero pero asirio pero egipcio biblia del
mar que es entonces plano y alto sin altura lo mismo que las plataformas y
también la mano inmóvil del orador chalet muy feroz a cualquiera o auto
blindado torre de peones de bronce y es la espada te espada no la espada que
hace deslindes absolutos acuchillando lo imaginario en tajos idiotas como
patadas tina de baño palmera del enero motociclista es la fruta urbana del
tráfico y son las regaderas municipales es la goma lavada del comercio la que
alegra las vidrieras del ánimo chorros de jardines sumados de mujeres violetas
sin calzones agua de sexo de colegiala perdularia ropa interior de las novelas
deporte del hombre enorme a aradura como todo el ruido se va para arriba la máquina astronómica sonando se añade a
los regimientos o esas mujeres sanas y puras y a
los asnos dormidos voy copiando a los brutos chúcaros esquivando las lazadas que enarbola
el arreador de los treinta puñales parece que la
mañana fuese a degollar a ese con las cuchillas tan filudas
que anda trayendo y que
el dios le ayuda con su actitud de criado no es un solo filo sólo quien nos rebanó
ya las últimas tripas es la sierra esfera circular de los aserraderos la atmósfera deviene agua
demasiado destilada demasiada agua hombre blanco claro
parado liviano delgado chaqueta de hierro que es enormemente fragante antigua cama de novios lo
que parece negro y es negro lo otro lo todo tan difuso horriblemente cruz actitud morada destacándose arriba del
abajo perteneciendo no en suceder astronómico lo
corriendo certidumbre de neblinas de aluminio sueño de lámpara la cosa que se
sumerge desde siempre la máquina metafísica y la obscuridad ay la obscuridad
soberbia de lo totalmente iluminado rigiendo las metáforas que son caminos que
son sentidos que son estilos semejante a la electricidad con tanta alma plana
la presencia ultravioleta que arrastra sacos de figuras indescriptibles como el
olor del vidrio mijita estructura de mosaico o sea las rayas cruzadas de la
geometría cuando son dados cuadrados alucinados algo que sucede a la espalda
del cementerio un bulto variable pasado a química y muy lejos ahora demoroso
como los zapallos giratorio como las dínamos pensamiento de vaselina redondo
como los focos lo mismo que la palabra gozo pero con planos supuestos que
devienen sucediéndose así es el huevo del aviador yo lo comparo en lo inminente
en lo imposible efectivo o cuando ladrando los perros fraternales pareciendo
abstracta la patagua que hay arriba aquello que abre las puertas abiertas
partir la sandía buscando la sandía que está toda adentro toda afuera y no está
trepidación de ferrocarril a mansalva no se oye en el entendimiento cuando se
oye que llora inmóvil dios inusitado comparémoslo a muchas botellas a los palos
parados de los teléfonos más artistas prolongándose en los espejos subterráneos
y al alma frondosa y enronquecida del vino se encuentra en los extramuros de la
distancia alrededor de lo desusado y lo preterido coronando cuentos de viejas
con braseros con inviernos con causeos debajo de los ponchos acuosos parece que
nadie conoce el huevo que pone el huevo que pone y vive adentro por eso de
repente se derrama la tinta o sentimos que el ataúd nos saca la lengua carajo
el alfalfal de los carros lecheros sobre la vereda aterrizan las damas listadas
en las vitrinas del tenis y el hall de los papagayos americanos bulla de
botones de dioses entonces contra la concha redonda a cada grito que pego le
pongo un collar azul a una muchacha hip hip hurra a a ahora los pescados
entusiasmados de sentirse muertos pescan la última luna con los ojos y se
sumergen en la piscina de las risas vecinas del vecindario es el tomate rojo de
la poesía quien brama lo mismo que los notarios satisfechos el sol en panne
otoñal alumbra como la fruta madura los guardianes blancos llevan la aurora al
cinto y un entusiasmo de cabrones inútilmente griegos hincha los pechos de los
pinos honrados cada uno tiene un jarro de agua sí un jarro de agua y sonríe
como un planeta bien vestido semejante a un rascacielos a un presidiario a una
sardina yo ando cantando recamando contracantando con mis papeles subterráneos
mis pantalones rojos mi sombrero amarillo mis alpargatas verdes y mi chaqueta
transparente color dios y mi voz negra espesa como aguardiente de cadáver
aquella nueva enferma tan rubia entre las sábanas de río que era lo mismo que
las yeguas tordillas relinchando la infancia y los médicos rojos alumbrando la
clínica politécnica entonces la enfermera-cloroformo llenando de llamas blancas
mirando en actitud de dado de cacho el hospital vendado de heridas la
asistencia pública partiendo los vidrios nublados sobrevinieron las neuralgias
arrasando los veranos ahora las botellas color dolor más enfermas copretéritas
agua de paico y heridas maduras son los carros de cosechas contentos como
entierros de hombres jóvenes el membrillo de los aguaceros anticipados rodeada
de vinos y quesos la señora
está soberbia y profunda como un catre de bronce dormida en pupilas de
heliotropo campana del aguacero toda de tonadas paridas o de albahacas tan
aplastadas que deviene canto de pavo o de gallo afónico galopan las tías muertas
en sus yeguas como eras arreboladas y los pueblos caídos del naranjo adentro el
violín de la primera violeta cuando era virgen como la piedra soltera yo era
valiente y alegre y venía enarbolando aquella gran verga de montañez
confianzudo estaba más delicada que el celuloide tibio peleé a guantadas con el
animal de madera y me acosté encima gritando lo mismo que los burros adentro
del horizonte abierta la ponía en actitud de balcón sobre la uva y los choclos
y era lo mismo que echar peumo al fuego y era lo mismo que entrar al corral de
las ovejas con el sol en la mochila oh cuando dormimos entre los hinojos y las
nieblas mimbreras agrupándonos como los carneros negros debajo de los astros
gritados de pavos azules o le reventaba sandías contra la risa aconteció la
luna rotunda de las entrañas poemas sin ríos florales aquello que se escribe
solo alimento de humaredas lo monótono fonócromo cuando la lana lanada deviene
solo fofo todo y sucede nada o polvo lloroso con termómetros así como cuando
todo se empapelase con ceniza con pizarras almacén de huesos de pianos de
muertos calvicie de eclipse más plana que la vocabla aplanatada soledad con
centro abajo a mucha máquina girando pero viene luego la yegua gloriosa pero
mal herrada se cae en lo mismo como las caídas dolorosa elipse giratoria en ese
instante I sucede la niña morena toda tan desnuda y es como entrar al mar
lloviendo algo así confusorio excesivo algo así disparado o como entrar a la
montaña a caballo en un bastón de quillay florido yo salgo debajo de sus
calzones de diamante como quien saca la cabeza del río con la alegría
alborozada de los borrachos asoma a la hora del tranvía de azahares con mucho
contento cuando hay una blancura más blanca que de costumbre herida de sol
lunada como las bolas redondas de noche pantorrillas de transatlántico telas de
melones adolescentes y agua guatita de naranjo y cabellera que extiende lenguas
de sexo hasta aguas altas del pie que florece puñalito de apancora distinguida
o insecto en la media obscura es alegre como la industria maderera y caliente
como el ladrillo de las fábricas o lo mismo que asta de burro o lo mismo que
las papas asadas al rescoldo entonces me revuelco en su belleza con esotra gran
audacia de los cerdos chicha de maqui con zarzamoras por los sobacos y la
resina embotellada del eucalipto entre medio de las piernas abiertas en actitud
de alas más anchas y todo lo peludo que deviene cuando me acuesto el alma
inútil encima del aroma ultramarino menea la caricia sus remeros de uniforme
omnipotente pongo la noche lloviendo con lluvia alegre y negra en sus ojos
totales distanciándola es la poesía geográfica del vagabundo alumbrada de
colores negativos el terciopelo de miel oscura que define toda la presencia
levantándola y se extiende como la eternidad en los muertos honestos y todos
los puertos de su audacia con gallos parados arriba del horizonte cielo del
atleta muy pintado de granjas en deporte volante de azogue desenrollándose en
la llamarada de los pájaros con la cinta ruidosa y al mar el alba angosta
siempre cabellos de bencina gritos de máquinas trágica-báquica son urbano con
pasto segado el automóvil le lame las manos felices y cuando aboca la ciudad
rebuznan los aeroplanos domésticos como el mar bien comido antigua mujer sin
soledad notable no se dirigía a ella ni a ella entera sin embargo porque tenía
ruido en el sexo y era lo mismo que las chirimoyas sostengo que se parecía a
una palabra de espaldas a la lengua de los choros viciosos al público de las
plazas preñadas de septiembre y a las potrancas americanas orino su memoria con
respeto de animal encarcelado color guitarra color ciruela color tinaja voy a
almorzar sobre tumba hecha de cueros de puñales imponentes zapallos de ceniza
del continente tubos de pus acerbo atravesando el horizonte de chunchos y
cuervos fatales pulmones de cementerio que son tambores de dioses podridos en
ataúdes que se divierten a una altura más desenfrenada yo distingo yo formulo
todavía no es bastante seguramente aun hay presencias que se defienden con
espanto aúlla dios aportillado en lo subalterno enarbolando los métodos de la
lágrima y el crujido de la vida nos torna sensibles como las maletas o como lo
mismo afuera luz adentro reprochándose organizado rodaje de metales
contradictorios atmósfera de taquígrafos con mucho apuro de morirse acaricio la
máquina virgen con la gran plumera entonces cien dificultades me comprenden y
yo domino la materia como los viejos notarios a todas las bolas afligido de
toronjiles y de arrayanes cuotidianos todo merodea y lo contengo y lo deseo
todo y todo me define contento desde la otra orilla que ley preside mi sistema
desaforado emana un orden del desorden y las últimas velocidades son reposo por
eso aprendo a manejar autos altos soy lo mismo que el corazón de todas la uvas
nervios de planeta vegetariano tampoco vihuela de asesino sol pintado pintado
pero que alumbra mucho a esta órbita de astro responde la naturaleza como al
bramido de la eternidad la oscuridad de los toros nocturnos encima de ese
ambiente electrificado acumulo abismos sobre abismos con intención de hombre
alegre que defiende su alegría la españa embanderada de choapinos remontándose
diucas con pueblos durmiendo olvidados en lo urbano cajas de fósforo de los
inviernos anteriores un presente melancólico de malezas que son los vagabundos
más vagabundos de la botánica lloviendo castañas felices ausencias de horno de
tardes rurales letreros con romero predominando sobre los rascacielos y las
cicutas y las ortigas del desengaño gran agua de culén gran agua contenta gran agua
no manzanilla con nublados pero seca pancutra breva muerta llorando los ponchos
orégano azul del lugar que es alegría arrugada apellido sin dentistas pocillo
de aguardiente con cedrón y con limón de aguardiente que entristece la mujer
limita el oriente con el poniente al poniente con el oriente y al sur con camas
de agua madura huele a navío el calzón de la niña cerrada luna con sangre en el
corpiño y la aorta exagerada del sol hinchado de rameras es un canasto de pan
de cemento el corazón de las esposas y un establo de almas en alcurnia acodadas
en las ventanas del crepúsculo todas las novias ahorcan gatos amarillos y el
amor se parece a una camisa de fuego arroz con pimentón sí sí y patos joviales
enrojeciendo las espadas ciudades de mujeres entreabiertas papagayos de anilina
comiendo chirimoyas alegres y aromas inusitados torcazas de vino que son
desnudos con ajos morados y perejil estridente es la canción nacional de la
empanada pastoreando sus abejas encima de lagares filosofales que parecen
panzas de santos felices oh potros sonoros tetas del gusto sin retórica que
suceden huevos de águila eminentes el clavel partido que huele entonces a
rajadura de vírgenes y la albahaca pisada tan manzana arriba las espuelas de
bravura cuyo sable con pañuelos se remonta sobre el alma trazando la última
cueca el beso es como el maqui maduro cuando han dormido las culebras en los
macales deja la boca de las niñas teñidas de negro y el corazón como los
pájaros a la hora preñada de las escopetas alma del pigüelo olorosa a aceitunas
de mayo que son lo más íntimo que existe cielo de vaca con ojos obscuros de
madres ese entusiasmo se parece a las papayas o a los renuevos de eucalipto y
también a pajares incendiados barriga de manzano con nietos castaños jubilados
y la patagua alimentada con guairabos duraznos anidados las higueras
siriocaldeas sonando como grandes vientos tan cargadas de choroyes
parlamentarios que devienen fiestas del dieciocho de septiembre y los toros
besando la virginidad de las vaquillas nadie le conoce y anda adentro y afuera
rodeándolo mirándolo buscándolo lo mismo pisándose la voluntad semejante a las
ametralladoras que se suceden que se persiguen fuera del tiempo y a los
matrimonios con muchos hijos a la fruta muy desnuda o muy profunda al agua cansada
o al animal que asusta niños.
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