El dolor desgasta. Sólo la búsqueda de otros, los iguales en la jornada, en las juergas que después quedan en las historias van dejando mellas en el alma. El hombre que no encuentra su catarsis en las letras en el feble pero funcional acto de escribir versos, está condenado a despertar una mañana muerto en su lecho, con todas las pesadas cargas que le hunden a un infinito infierno de las culpas.
Los testimonios dejan una constancia firme, en el sentido que no hay recurso en contra y estos jamás serán interpuestos efectivamente, el poeta llega en la cuerda de su alma ese conocimiento atávico, desde que lloró en su cuna hasta el último estertor en su lecho de muerte (su última cuna) gritara a través de sus versos ese testimonio de vida, la constancia de que vivió, sufrió, sano y volvió a sufrir.
El marcar las épocas de su vida con aquellas compañeras que abrieron puertas infinitas en el espíritu, los compañeros de ruta que con sus palabras con su remedio a la soledad, también marcan etapas, duras algunas, de felicidad efímeras otras. Bunker es poeta y Bunker lo sabe.
Comparte en cada uno de sus poemas esas escenas que no desean el olvido por muy tortuosas que se presenten, el oficio obliga y el alma también.
Sacudirse de aquellas malsanas imágenes de últimos besos, de miradas reservadas e inútiles farmacias crean los motivos necesarios para continuar escribiendo aunque los temporales de viento frio y olvido arrecien. A diferencia de EL MOMENTO NO ES BUENO, TESTIGO DE OTRAS HORAS nos presenta con el mismo vigor vivencial nuevas postales irrevocables, otras o las mismas féminas marcando un ritmo letal a ratos o agridulces también, porqué no.
El lector es tomado de la mano, a voluntad o sin ella a un recorrido espacio temporal diverso, no a empujones (que bien así podría ser) si no sutilmente a serle testigo de vida, conteste en el hecho de que de esta existencia no hay otra y todo por lo general resulta ineludible.
Postulo que el Yo lírico difiere por lo general del Yo sustrato real, es independiente, se manifiesta de manera distinta e irremediablemente ambas existencias conviven con abismantes diferencias, Bunker da la impresión de ser el Yo Lírico, uno apegado a su existencia material al rigor de vida, que nos hace su hijos o sus huérfanos.
Hay horas mejores, más felices, horas en que el espíritu se extiende hasta el infinito. Pero esas son otras horas.
Poemas como: “Cuando duermes conmigo”, “Catalina”, ”Vivir sin ti”, “El diámetro de su sonrisa” “Sobreviviente de tu adiós”, “Cocaína”, “Magdalena”, el sublime “Escrito en el silencio” y un epílogo explicativo. Satisfacen con largueza la curiosidad y el placer de leer.
Escudriñar la línea histórica de un ser humano es complejo, pero el ingresar en la de un poeta es aún más complejo pero cada uno nos entrega las claves necesarias como para desentrañar ese plano vital, es una buena labor, no es gratuita pero el embarcarse puede incluso entregar las claves de nuestra propia existencia.
Este libro se dividido en cuatro capítulos cada uno con un numero representando un año desde el 2010 al 2013.
TESTIGOS DE OTRAS HORAS, por Bunker, Ediciones del Mal, Antofagasta 2014.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario