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martes, septiembre 27, 2016

AGATA TERMINA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


Si todo tuviera aquel perfume  negro  del  cual  escapaste  mientras
habitabas tu nombre y ese nombre no fuera otra cosa que la fogata
sensible que te fue concedida ( )

                                                                              IO. Jorge García Bastías.


Puedo ver
como transitas
los tenues
límites de lo real,
en la memoria del salto
y la red,
aunque el tiempo
corra inmenso
y la solitud sea
definitivamente
el refugio perfecto.
Embrujemos
relojes
respiremos poesía
seamos
lo que debemos
ser
A precipitarse
al abismo
a salir del
eterno naufragio
y seamos azules
caminando 
por la calle
casi
In tan gibles
acuarelas
de aire
tenues
y llegues
al fin
al sueño
donde sostengas
mis manos
siendo
uno
en una mirada
y seamos.


lunes, septiembre 26, 2016

LA ULTIMA INVOCACION A AGATA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


Vuela de sueño en sueño
como los colibríes 
que libera tu voz
extendiendo  
a cada rincón 
del mundo 
tu orden de aire 
y cielo
y soplo del viento
danzando  diáfano
entre nuestros nombres 
Y me precipito 
en lo espeso de la noche
mi mano 
es  la mano de la luna
que ansía acariciarte 
susurrando
a tu  oído 
el credo frío del desvelo
que interrumpe el eco, 
de la última 
nota musical 
de un sueño
y luego la vida;
esa pequeña muerte
que genera  resurrección
un otoño de raíces 
y canto
una primavera 
de mil años
Sin embargo y no
Y siempre y no
Y abres tu fruto 
demostrando que lo breve 
es sublime
que el aire nos envuelve
no desea absolutos
y tu mano puede llevar
nidos 
nidos y nidos 
y soy la vida que te reclama
la tierra que ansía 
la planta de tu pie
el tiempo embrujado
el tiempo embriagado 
y enroscado 
en tu corazón
te exige
que vueles 
de sueño en sueño
hechizando 
el minuto certero
la marea sideral 
de la madrugada
eres la luna menguante
cruzando esta bóveda
azul intenso
con un conjuro
en tus labios y
ese aire suficiente
para encender
este fuego

viernes, septiembre 09, 2016

AGATA XXVII por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


Tal vez  el sobre de la carta que enviaste. Tal vez la fotografía, hablando de bahías y agua. Por mi parte la hazaña de sobrevivir con el aire entrando a  fuerza por los bronquios. Tal vez piensas que alguno de tus versos sea verdad absoluta. Tal vez y tal vez el eterno retorno, el onirismo forzoso de los oráculos, tu capacidad de hechicera y el grito de la noche en su parábola perfecta de lamento. Misterio. Si recuerdas, en un instante fuimos anomalía en el curso de la historia. Un día el mañana dejó de existir. ¿Cumbres? NO. ¿Abismos? NO. Un certero presagio entre sueños. El aerodinamismo de las maldiciones y cómo vuelan. Desde aquel día llevo los dientes rotos y el alma reconstruida a fuego y arcilla, tal vez para que preguntes en alguna oportunidad ¿Vocación de mente rota? NO. ¿Una explosión inminente? NO. Pero nos sueño. Y entro por la puerta ancha de la aurora para sacarte de la mano y bailar por las calles desiertas ese tango que envenenó mi alma envuelta en naufragios. Ahora deseo ser.

Luz, carraspeo debajo del ocaso, agonía XL. Aritmética de asaltos. Poesía.

Temo ser la carta que envolvía la fotografía, pólvora, algún tipo de verdad, absurda como ella misma. Una semilla volante en tu pecho, aferrado a qué a título de qué, a rapsodia ebria de  qué, los abismos y qué, los presagios y qué. Hagámoslo singular, abismo y qué, presagio y qué, historia. Historia.

Cómo detener una revolución que hierve como gusanos en el pecho y con una sola mano. Un-vaso-de-vodka. La física cuántica del fracaso. Para que el día grite desaforado que está girando, está girando, está. No perdona. Mientras puedo jurar que siento como mi cuerpo va envejeciendo y se va segando, segundo a segundo, voy abandonando esta piel prestada mientras  ese tango que nos apega va conquistando las esquinas de esta ciudad asolada, salvajemente ajena y marrón.

Dejas que balbucee porque esta hora se viste de harapos y final. Aún no termino. No-hay-más-vodka. Descifra esta quimera de heridas abiertas. Hasta que ese tango lance su  último acorde y atraviese este pecho de deudas, dudas y avatares. Esta inmensa pista de baile va opacándose paulatinamente.

Para mí esto ha terminado, las palabras me son ajenas, el mundo se ha detenido. Se detuvo el baile.





miércoles, septiembre 07, 2016

AGATA?? por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


Las alas de colibrí
sostienen en el aire
la azul vibración
de un cristal

En tus brazos
puedes abarcar
toda la dulzura
de los días

Me llaman
luciérnagas
al ritmo grave
de la noche

y no respondo
al airado
arrebol
después del alba

por no decir
que busco
respirarte
a mediodía

que  espero
en el sustantivo
abierto
de la vida

que algo digas
y espero
y espero
gris en el día

Y no lo dices.

viernes, septiembre 02, 2016

TERCER LOBO DE AGATA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


Y la caída y tu mirar
ante la inmensidad,
la perversión
de la música
el verso disparado al aire
y el sin embargo
tú.
La creencia es todo
y todo y todo
en la precisa sucesión
de tu latido
y te detiene,
una fragilidad de cristal
es  luz que alguna vez
se sometieron
otros antes que,
sin perdonar el ritmo
la
sinuosidad
de un arte prolongado.
Aúlla
Aúlla, aúlla, aúlla, aúlla, aúlla.
Por si las estrellas escriben
un verso para ti
IO,  en el umbral de lo sideral
IO, en el secreto fugaz de tu fuga
una  plegaria
por cada estrofa
Aúlla, aúlla, aúlla, aúlla, aúlla
por si los valles pierden su brillo
por si los sextantes pierden
el don de la orientación
y naufraguen todos los navíos
No entiendes
¿cierto?
No crees que este verso
empuñado en el delirio
sea tuyo
IO, la que huye del abismo
y canta sin temor
entre la sinfonía brutal del día
y el desplome del corazón, IO.
Por eso
Aúlla, aúlla, aúlla, aúlla, aúlla
alejando la muerte y
la invencible
Torre del destino
la tonalidad abrupta
de lo grabado en la arena
un cielo que cruza
tu vida con ala ajena
batiéndola con una hebra
infinita
abierta
entre tus caderas
Aúlla, aúlla, aúlla, aúlla, aúlla
en la espiral escrita
terriblemente
tierna
en el parto
que te origina IO.
Espejismo
y espejismo de luna y labios
infinitos
infinitos
e infinitesimálmente
infinito
en el océano de la imagen
IO indeleble
aún no estoy seguro
lo que separa tu juicio
hiperbólico,
de la luminosidad
del recuerdo
y las esquinas,
muerde la duda
hasta la médula
y me sorprendo
de todo lo que me rodea
y no,
tardas y no llegas
tal vez
como si el mundo
fuera un péndulo
y quizás entiendas
y no
y siempre
sin embargo
caminé
en el extravío.

Aúlla.

jueves, agosto 04, 2016

INVOCACION A AGATA III por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


Enmudecido y al borde de un precipicio
ebrio en memoria y paradoja 
del pecho el halo oscuro de la duda 
y sin embargo,
te invoco en el centro de la noche

Un mapa de estrellas se funde 
a la palma de mi mano
y una voluta con tu rostro
recorre intensa por el horizonte
te invoco como un niño

Nadie, sino tú puedes responder
con ese idioma que palpita 
en la boveda secreta del verbo

Palpo el pan oscuro del día
el agua amarga del recuerdo
apagando el frenesí  del destino
el brillo acompasado del arrebato

sordos al himno tendido
que pretende unirnos

Tu útero tremendo de lluvias
y de pletórica de vida 
escribe lo que debe escribir
y la leche salpica de manchas
un firmamento amenazante
y te invoco

No se leer los signos y los signos 
perturban y aguardo lo suficiente 
y desespero azul de frío y puertas
tú, fuente más clara de las fuentes
y te invoco

¿Dónde sino en el fuego?
¿Cuándo sino en lo eterno?
¿ Tal vez en la vereda de las épocas 
queda la respuesta precisa?

Hay en la espera una conjugación
torpe y blasfema 
si preguntas al verso que por
primera vez vio tu rostro

y te invoco en el terreno de la aguja
el hilo tenso 
y las pérdidas y te invoco en el temblor 
de la fiebre y los punteros 
del reloj huérfano y te invoco
hasta el vértigo zurdo de las nubes
y te invoco encadenado a la hoja
en blanco cruel como ninguna
agónico te invoco
y te cubres con la piel de la Luna

¿Donde sino en el aire de tu signo?
¿Cuando sino en tu futuro?
Quizás  en el camino  abrupto
de la palabra  y el destino

a ciegas
te invoco
te invoco

domingo, julio 31, 2016

SEGUNDO LOBO DE AGATA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


A la luna de Agosto le salen alas,
tiembla la raíz de la palabra
y  tu vientre contiene
un puñado de universos
cantando los aullidos
que cosechas  alegremente.
Bendices el agua
mientras  ata nuestra mano
en la curvatura del sueño
Bendices la sal
si el mar colma  espíritu y  lecho
y se mantiene el vaivén suave
del verso y la fiebre que es
semilla de cardo flotando al infinito
¿Y si eres lunas de noches sin cielo?
¿Y si eres luz en estas sombras?
¿Y si nunca dejaste de leer latidos?
A  la luna de Agosto le sueñan ojos
y los abismos dejan de espiar
y mi boca  conjura los mil lazos
de tu cintura  atando mis labios
Y resucita el sueño que durmió
bajo una tierra agreste y sorda
surge para perpetuar los cantos
acallar aullidos buscando muerte,
nos invoca una siega de trigo
nos invoca la semilla de mil versos
tres veces tres en tu nombre
siete veces tres suspiros
cruzando el ombligo del cielo
que adivina nuestros pasos
¿Y si no es necesario el cielo?
¿Y si tu luz jamás me abandonó?
¿Y si ahora lees a la perfección mis latidos?
A la luna de Agosto le crean labios
Y nos nombra
Y nos invoca unidos
Y nos menciona el tiempo
Y seremos uno
Y deletrea nuestras almas
Y nuestros lobos
rozan sus pelajes
Y pulsan las estrellas
en la cintura inmensa de la existencia
alimentando las mieses
Y abrazando la lluvia
que arrulla secretamente
un anhelo azul y amplio
¿Y si esta noche al dormir, nos soñamos?
¿Y si una melodía corona tu frente?

¿Y si esos versos nos ven reunidos?

miércoles, julio 27, 2016

PRIMER LOBO DE AGATA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


Y sin embargo el aullido
de uno de tus universos
puede abrasar el pensamiento
más profundo de un poema,
palpitando  abierto al infinito
prueba indiscutible
que su presencia
es un tobogán inclinado
al verso detrás de tu mirada
hay la vastedad azul
de una nación de memorias
y huella descifrable en la nieve
sólo el vértigo
te cubre de una bandera 
que puede embriagarme
a secas 
a suerte y a monedas
con una patria adversa
en la constelación 
de tu historia
que aún no aprendo recoger
la ceniza de un libro
el verso solitario del naufragio
el compás que te busca
y voy guardando los acordes
en la línea fija de la mano
los ojos de un lobo que espía
tras el horizonte y es capaz
de enroscar su cola en tu corazón
y que lee un número sin sentido
y verso irremediable
en una punta de flecha
que conoce mi pecho
y  lobo morada
y lobo poema rindiéndose
en tu universo trepidante
y mi mano que te busca
en un sueño que tú sabes
y un lobo resurrección
de horas
sobre las flores de la certeza
y tu lobo en guardia
y tu lobo celeste
y tu lobo atento
a la noche sin guarida
y un cielo acorde
con los océanos
y yo tan huérfano
en la sombra de la historia
en la ceniza de la huella
un aullido tremendo
que busca mi oído
y pare vértigo
y lobo lluvia
y lobo bahía 
de desencuentro
y lobo venda
que va olvidando
mi patria de reversa
el alto muro fantasma
y el sonido sutil

de las líneas de tus manos

domingo, julio 03, 2016

AGATA ILUMINADA POR EL FUEGO por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


Quizás el fuego y una oración de agua
sean lo mismo si  no quieres despertar.

Hay mucho ruido  en esta serenidad de muerte.

Muchos cuadernos escritos para ti,
mientras el cielo devora tiempo.

Y la eternidad sea  un pez de fuego 
al que intentas inútilmente atrapar.

La existencia mientras respiramos
es un eterno inicio y final, 
un final y otro inicio
y otro inicio y otro final, a ciegas. 

Sabes que el destino tiene una fiebre
que vive  separándonos
en parques que no son parques 
en minutos danzando 
dentro de un día ebrio 
en cuadernos de niño con  versos sin verdades 
y verdades sin verso,
abandonados sin mañanas ni arpegios
descifrando las constantes del silencio,
como una casa vacía respirando poemas.

La vida llueve y tiene coros de cigarras todos los días
estamos inermes y  sordos
el mundo gira sin piedad ni remordimientos
tú sin nombrarme yo sin nombrarte.

¿Hay algo más envenenado y puro que la Poesía?
Libros y gatos y días sin pensar ni caminar,
una oración de agua latiendo en tu pecho
madre, doncella y centinela de las oscuridades
fiebre, fiebre y más fiebre 
observar un horizonte y un mar distinto.

Mil paisajes que significan vidas pasadas.
lluvia de fuego y lluvia de palabras
Versos y versos y versos y poemas calcinados.

Noche y noche y más noche
Levanta la vista y oye lo que dicta la vida.
escribe cien finales y cantos diluidos.

Somos garabatos en el cuaderno de un niño 
que soñó sin comprender el real sentido de todo.

Nos deja detrás de las historias  
como perros envenenados 
en la calle inmensa del mundo.

Hay canciones que no significan nada, 
sólo basta una sonrisa y fotografías
y la sordera de los abismos
para sepultar lo que no se pueda ocultar: 
falsos círculos  que dibujan noches eternas.

Somos preguntas al cielo, somos un verso de fuego
Somos una oración de agua 
somos un destino embriagado de aire.

Las cicatrices son ajenas aunque las tengas
los atardeceres no importan 
ni esos paisajes que trazaron destino.

Me pondré de rodillas en este último verso 
que la nada sea lo que nos dibuja y todo sea fuego.

Un fuego que te ilumine.

viernes, junio 24, 2016

CONFESION PARA AGATA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


A veces hay una línea que tiembla detrás de mis ojos,
mis ojos te encarnaron más veces de las que imaginas  
y a menudo cruzas de oriente a poniente un  poema.

Detrás de ellos recorriste una senda de astro perdido
en el ámbar del pasado.
Nadas desnuda el ebrio mar de  sombra  que trae tu verso,
no hay invenciones  ni máscara si se empeñó el alma.

A veces el amor no entiende de lenguaje ni forma verbal
y se ciega a si mismo.
A veces ve detrás  de todo  escenario en que escuchó
tu ingenuo  susurro.

Juro que lo único que se repite  existencia tras existencia,
es un niño llorando por un libro extraviado,
o con el pie descalzo en la lengua de la noche eterna.

El horizonte huye siempre dentro de sí mismo,
la muerte se escapa y un péndulo se aproxima
hubo tres naufragios a los que no sobreviví
una guerra en la que morí en el primer acto,
una sala de clases en que dibujé cruces
en la pizarra verde oscura
hubo tinta resbalando desde el reloj
hubo algún verso que pudo describirme alguna vez
yo era en una era distinta a esta era
y tu eras siempre en las eras donde éramos y fuimos
resta la cicatriz de una caricia sorda debajo de las nubes.

Hay un sueño en que  duele el fondo de una palabra
hubo hambruna de tu sombra y hubo renuncia
y hubo desierto que no recorrí ni bosque ni montaña
y fui raíz  insepulta y fui tu herida y fui mi herida
un lobo aullando y aullando
imaginaste que la distancia devoraba su aullido
nada te pertenece mientras yo no exista ni vuelva a existir,
para estar divididos, que nos divida el cielo
y que nos deje el infinito resabio de tu melodía
somos sueño que suspendido
dejó una estela confusa al abrir los ojos y confieso,
confieso que aún no te alcanzo.




jueves, junio 16, 2016

AGATA FUGITIVA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


En este laberinto el silencio puede esculpirte y entre palabra y palabra, puede dejar trazos de tu alma, de nada servirá correr  si lo único que necesitas es esperar. La marea de los tiempos no perdonan tus vidas ni tus muertes, mientras vamos unidos por algo más sutil que la vida y más férreo que la muerte. Y ante todo la confusión  del tiempo, el dilema de las decisiones. Y la palabra que va perdiendo el sentido, sin la palabra el todo es el centro vivísimo de la nada, que nos clama en silencio y en silencio nos busca. Lo implícito en la mirada no requiere de la aceptación del mundo. El muro del laberinto puede derribarse de mil maneras. El lazo obcecado de la mudez fundida por el tiempo forjado, no libera aves, no crea bosque, no amamanta costa con sal de época pretérita. Si me preguntaras para qué dos o tres versos en tiempo de dolor o preguntaras para qué la poesía si ya el cielo no envuelve ave alguna. Habrá una sola respuesta y esa, te la dará el tiempo.

miércoles, junio 15, 2016

INVOCACION A ÁGATA II por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE



Y la marea esparciéndose por sobre todo el caos Ágata de fuego, como un mandamiento y una zarza Ágata de aire esculpiendo valle y alma, Ágata de tierra colmando todo lo que abarca la mirada como la madre de todo universo desnudo e ímpetu, Ágata de cielo y mar vierte sal a la herida, Ágata del verbo, crear y crear, Ágata esencia escribe toda página temblando bajo un cielo terriblemente desnudo y en conjuro, aullando a cada punto cardinal, Ágata elemental y absoluta, Ágata de niñez, como en  sueño se extiende desde el pie hasta la coronilla brillante en el pensamiento, Ágata arco y flecha, divide una galaxia atroz Ágata austral,  Ágata ensueño, la palabra alucina un clamor Ágata origen, Ágata perfume invade insolente, Ágata pura y viento, pequeña, pequeñísima y sin embargo inmensa, Ágata signo sobre portal y puente, Ágata símbolo siembra secreto, Ágata puerta y hemisferio sin  posibilidad de que entiendas su designio de poema y verso brillante, Ágata patria y gigante como bandera, Ágata envuelta en historia, Ágata canto y silencio, las mil salas del sonido, todo es tan gris sin Ágata luna, Ágata alas, Ágata vuelo y fugacidad, el deseo que huye desde la punta de los dedos,  Ágata penumbra descubre umbrales, Ágata abismo profunda en la estrofa, Ágata fiebre y delirio, Ágata torrente, arremete como torbellino de agua y color, Ágata morada  renombra, recrea, renueva, Ágata niña y melodía, escala de primavera, Ágata pez, Ágata bosque, en el centro de un edén sin mito  ni  moral, Ágata destierro y distancia,  renueva hasta la locura , una y otra vez creando, recreando, destruyendo, creando, recreando, destruyendo, Ágata tiempo.

Ágata susurro
Ágata felina
Ágata salida
Ágata izquierda
Ágata bóveda
Ágata hechizo
Ágata algebra
Ágata litoral
Ágata melodía
Ágata diamante
Ágata estrella
Ágata misiva
Ágata Arcano
Ágata página
Ágata potencia
Ágata hechizo
Ágata aullido
Ágata histeria
Ágata vesania
Ágata péndulo
Ágata serena
Ágata escrita
Ágata número
Ágata tormenta
Ágata cuerda
Ágata momento
Ágata acento
Ágata humana
Ágata camino
Ágata pregunta
Ágata mañana
Ágata zozobra
Ágata termina



viernes, junio 10, 2016

INVOCACION A AGATA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE



Ágata de fuego, Ágata de aire, Ágata de tierra.
Y acaso la tierra y el hambre no sean suficiente
como para envilecer el mundo ante tus ojos.

Ágata de cielo y mar, Ágata del verbo, Ágata esencia.
Y un rayo sea la única forma de nombrarte al estar
a ciegas ante el infinito, niega los espejos.

Ágata elemental y absoluta, Ágata penumbra, Ágata de niñez.
Y sea la onda en la laguna conjugándote con tenue aire
Y pétalos, pétalos, pétalos y más pétalos.


Ágata abismo, Ágata fiebre y delirio, Ágata torrente
Y va  nudo el aire ondulándose hacia un infinito tinte,
el azulado vientre de un orbe lleno de celos.

Ágata patria, Ágata despatriada, Ágata canto y silencio
Y el vacío juega con sitios abriendo puertas y abriendo
puertas y abriendo puertas y abriendo puertas.

Ágata morada, Ágata destierro y distancia, Ágata tiempo
Y tu pecho es una aurora dorada, una señal abierta y honda
toda la historia con los brazos hacia ti y el día.

Ágata niña y melodía, Ágata pez, Ágata bosque
Y vengas a mi, y vengas a pie o bajo tus alas, o  sonido
todo gira con tu nombre y te invoco de noche.

Ágata luna, Ágata alas, Ágata vuelo y fugacidad
La Luna descendiendo entre  montaña y manto de luz
y aire y vuelo y aire y la palabra de los triángulos.

Ágata signo, Ágata símbolo, Ágata arco y hemisferio
la curiosidad de  brazos,  dedos y  párpados cálidos
y tu regreso e ida, tu regreso en los regresos.

Ágata origen, Ágata perfume, Ágata pura y viento
y los árboles clamando a viva voz a boca llena y abierta

la palabra clamándote colmada de vida y  deseo.

AGATA DE TIERRA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


Y mientras los astros amenazaban con desaparecer, me imaginaste muerto, como si la muerte fuese el suelo que nos sostiene. En mi boca permanece el sabor a  despedida, aún no intuyes la melodía que el viento teje cada vez que nos separamos. Ni la distancia puede vencer el  lazo que los versos crea. Pero sabes bien que prepararé un hogar para ambos, con el color del ocaso, la tibieza de un lecho con aroma a sándalo y desde la ventana abierta al bosque podrás entender el lenguaje de los árboles, el ramaje  susurrando rimas. La montaña dibujará nubes y cantará suave lluvia de verano.  Será nuestro el hogar  como  las olas del mar que aún nos recuerda. Aguardaré cantando nuestra vida. Aguardaré cada día al borde del amanecer, en la sílaba final de cada rezo, en la última imagen del sueño. En tu retrato adherido a la pared. Tú, siempre infinita.

sábado, febrero 27, 2016

AGATA DE AIRE por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


Iremos de la mano a alzar la vida en todos los acantilados. Descenderemos el precipicio donde anidaron nuestros miedos, nos besaremos devorándonos una vez que se abrace nuestra mirada. Un arco  que cruzará toda la tierra y serán latidos los que  harán girar alrededor del sol. Huí  años tratando de que el olvido entintara  hojas en los libros de mi alcoba, que fuera devorando la memoria que se escurría en el muro de mi existencia. Huí años tratando de ajar tu imagen imperecedera. Restituyendo el tiempo antes de Noviembre. Antes del sueño. Y lanzar una flecha que dance su fuego hasta el confín del tiempo. Recorrí  galerías entre estatuas de sal y el canto de  noches sin luna. La imposibilidad se viste de mil trajes, mientras cerré los ojos e hice correr un tiempo ajeno. Pero no debemos caer separados. Los ciclos no perdonan palabras la resistencia nos respira llenando sus pulmones con un verso nuevo. Siempre supimos. Volvimos a romper las oraciones que acarrean los vientos y a exhalar la oscura hora del día. Nos veremos directo a los ojos y sostendremos las manos agotadas. El aire las separará. Renaceremos en el vuelo de mil aves, en la ola que conquistará metros a la costa, renaceremos, en el canto de mil colibrís que acaban de despertar en este verso.

domingo, febrero 21, 2016

AGATA VERDE por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


¿Para qué un poema? ¿Mil versos?¿De qué sirven si no salen disparados como flecha hasta tu pecho? ¿Y si no hilvano un verso para ti? ¿Un poema?¿Poema? ¿Un poema que le robe un girón a la luna y la ponga en la palma de tu mano?¿De qué sirven trece versos susurrándote? ¿Y la metáfora desaforada?¿Toda la primavera en dos estrofas? ¿Para qué blindar el jardín de tu belleza? ¿Sembrar de luz este desierto de noche y sombra? ¿Para qué si no arranca un latido hasta  el más alto cielo?¿Poema? ¿Azul, Rojo? ¿Y las volutas de música que se disipan? ¿Las memorias? ¿Y la patria desde tu vientre hasta tus labios? ¿Y la puerta herméticamente cerrada? ¿Para qué? ¿Para qué? ¿Para qué?


sábado, febrero 20, 2016

AGATA ROJA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE



Ágata te nombro,
aunque lo prohíbas,
Tienes la copa hostil y vacía.
hay lluvia amarga.
que prometen colmarla,
recoge con tus manos
agua o la sangre que pueda 
dar un rosario perdido
en noches sin memoria.,
Moremos
en la conjugación de las luces
y la fe de  montes desnudos
fuera hay armas silencio y trincheras
y no me atrevo,
a decirte una palabra por temor
a ahuyentar tu presencia
el universo gira
y te susurra
y te canta
y te invoca
y extraña tus pasos
afuera llueve,
recoge agua en tus manos
Ágata
Me atrevo a nombrarte.
Afuera las llamas
de un fuego rojo nos rodea
aún no me abrazas
y la tierra tiembla
y el mar te clama
allí está la puerta

¡decide salir de una vez!

lunes, febrero 15, 2016

AGATA NEGRA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


Me verás como un niño
interpretar las profundas
líneas de tu rostro
Hay versos en ellas
Tú sentada ante el sol
y la calle solitaria
el calor invade tenue
tu corazón de vida cansada
Mi curiosidad te enmudece
veintitrés años es poco y el brillo
de mi mirada no te es ajena
Cuánto tiempo han creado
tus añosas manos frágiles
el credo de tu edad
que edifica sonetos agrios
desde la ruda eternidad
de la existencia,
todo sueño te invita
a quedarte desnuda
y enclenque en tus épocas
y desaparecer
entre un segundo y otro
y hay libélulas en el aire
y la calle se viste de una fiesta
palabras y susurros y luz
de cenit sobre tu cabeza cana
la vida gira locamente
entre las nubes
una memoria te viste de bailarina
y ahora precisamente
toda juventud juega
con las trazas dulces
de una lozanía lejana
y brillas y brillas y danzas
como un sol enloquecido
entre versos y abismos
entre rosas y rosas y lirios
y tu música hace crecer
un jardín que mora en tu alma
entre tus dibujos
y una orquesta de aves
nacidas de tu pecho y latidos
Mis pasos se van alejando
todo se calma
el sol al cenit
el latido acunado con
los rayos del sol generoso
sin embargo todo se opaca
y en tu rostro
aparece otra línea
otro verso

en tus años y ausencia.

viernes, febrero 12, 2016

AGATA DE FUEGO por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


Si Contamos los respiros de Ágata, el fervor con que sueña lo que sueña, los respiros y el fervor con que respira y las vértebras necesarias para mantenerla  en pie como el milagro de las imágenes, naderías Ágata, naderías y la nada para que nos extendamos sobre todo, toda una existencia respirando porque existe Ágata cada hora y hora tras hora  y todos los seres son representación de su respiro,  cuento tus existencias Ágata y tu nombre no se envilece mientras lo repito entre las pitonisas y los pituncios y los renuncios urgentes del corazón, con su tic tac incansable incontable inconsciente sin  tapujos y pujos bajo la bóveda inconstante, incandescente, insoportable jugando a criar bestezuelas rebeldes febles mortales y alcaloides. Te pierdo, te enciendo o te dejo en el remanso extenso de las extraviadas formas verbales, para disipar entre dos o tres palabras infernales, infidentes, infantiles  el dislocado dintel de todas las dimensiones. Raptarte debajo de las barbas del tiempo, estar frente al mar-océano, abrazar y besar sentir todo prohibido, perseguido, proscrito y preterido. La sal de la sal en los cuatro rincones de todo universo,  comerte a verso y reverso,  un prisma perverso donde hallarte exquisita, detenida, imperecedera y certera. Sin freno ni espacio ni área ni perímetro y juego y  muero  y fuego consumiendo hasta el tuétano de mi alma. Me entrego, refriego, me niego y ruego ciego y nada más y nada más y nada más y yo satélite constante de su pensamiento, testigo de su florecimiento, su explosión de mariposas y posas y rosas y prosas y glosas y sotas y lozas y  cosas y otra vez. Perplejo y abismado oracular e inmerso en tu recuerdo ante la disonancia de las mancias  y las hojas rancias de la poesía y Ágata a la inversa, perfectamente imperfecta, piedra fundacional y resonancia, porque así lo cree y con eso basta. Ágata emerge, crece, mece, remece, enternece, estremece, envejece, fenece y reverdece y emerge y crece y mece y remece y Ágata recrudece, perece y se hace perenne y respira y suspira y mira y recrudece y  enmudece, tristemente enmudece.

domingo, enero 31, 2016

AGATA AZUL por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


En el sentimiento esdrújulo de la disolución de la forma y la carne, luz que conquista el párrafo oculto de la vida, la que moras con la ceguera de verte en el espejo. Si hay que reunir tu cuerpo disperso en el confín de la brújula y somos, basta con escribir la vena, el conjuro y el espino. Si hay  que soñarte venciendo la resistencia del aire, hay que escribir con aire el verso que arribe temeroso y desnudo al tierno pabellón de tu oreja. Tú sabes que el libro de los muertos me reclama desde el inicio del tiempo emparentado con las bestias y  poemas extraviados. Voy orientándome con la pálida luz dentro del limbo. Viendo a las ballenas surcar el cielo con sus cantos, desde tu ventana se ven aún más enormes ¿Ves cómo arrastran los minutos? Brillan como el fragor de algo que dejó de existir apenas pusimos un pie sobre la tierra. Hazme recitar el abecedario del abandono, su sílaba disonante y el silencio adyacente luego que se recita. Y sin embargo te aguardo como un peregrino que espera bendición y es tarde. 
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