viernes, junio 14, 2019

COMO EL PROTAGONISTA DE UN FILM CLASE B DE PABLO ESPINOZA BARDI:UN DESAFIO A TODO LECTOR por EDUARDO J. FARÍAS ALDERETE


Tome este reto en cuenta, deje de ser un aficionado de las películas o del teatro y calce las vestimentas y el guion de una película de clase B, es decir, de poco presupuesto y de mucho amor al arte… hasta ahí estamos bien ¿No? Ahora imagine que es de terror. Prepárese a asumir en carne propia todos y cada uno de los elementos que deberá encarnar, recorra con sus ojos el guion que fluctúa desde una apología al voyerismo,  una melodía en sordina, en definitiva, un himno a la miseria, a estar entre cuatro paredes, una casa conteniendo las aversiones que todo humano por natura debe tener.

Cierre los ojos y disfrute el soundtrack original, la música hermanada con imágenes perversas, algo le recuerda a un par de pesadillas luego de una larga sesión de insomnio. Acuda al recuerdo del asedio de Stalingrado o Leningrado, donde tenías una ración ínfima de chocolate. Tanto tiempo de escaramuzas, saqueos, violaciones y antropofagia… en casi siete meses de sitio. Entre inerme al cine abismante de Cronenberg, o a los reverberos de la imagen de Albert Fish.

Haga que la coprofagia sea algo natural y necesario. ¿Sabes cuántos horrores se pueden esperar de tu plexo solar? Podrías averiguarlo mientras se observa en un espejo. Anímese a una escalada de violencia que desea desarrollar. Los sentimientos oscuros a los que jamás daría rienda suelta.

Actúe como si la Ley de la selva y la de cadena alimenticia se impregna de una humanidad fatídica. Y para qué hablar del canibalismo simbólico, alegoría del neoliberalismo “amistoso” o social u otro de los ismos nocivos.

Ahora recuerde el pasaje bíblico de Marcos Capítulo 5 versículo 9. “Mi nombre es Legión, somos muchos”, repítalo mentalmente hasta que se convierta en una masa informe de cabezas, hálito y garras. Respire hondo y hágase a la idea de cuando el ansia de aceptación se torna perversa y esa perversión en algo que es socialmente aceptable.

Imagine un descampado gris, amplio, arrasado por esas guerras mentales de las que usted  ha formado parte por décadas, luego observe ese torso crucificado, acéfalo como un cuadro de Zdzislaw Beksinski.

Cierre los ojos y luego vuelva a abrirlos, nuevamente  ante el espejo,  ¿Recuerda a Buffalo Bill del “Silencio de los Inocentes”?  ¿Recuerda su baile? Inténtelo, recréelo.

Hay múltiples clasificaciones de lectores… tantas que se podría decir que están al gusto de cada escritor, filólogo, amante de la lectura, etc. Y en este ejercicio podríamos recurrir a una, que no porte matices, que no haga teorizar ni evoque específicamente tal o cual escritor  o época:
-          Estos lectores: Los que viven sus lecturas o solo las que las imaginan.
Esto merece un alcance, los que “viven” sus lecturas son aquellos cuya imaginación les hace enamorarse de una Anna Karenina… o asesinar a la vecina de Raskolnikov. Los otros ejercitan la lectura con una imaginación acorde a un espectador.
                                 ¿De cuál tipo es usted?

Pablo Espinoza Bardi con su libro “COMO EL PROTAGONISTA DE UN FILM CLASE B” nos invita a este ejercicio, a ser un lector que se atreve.
Como un dato importante y solo para los que se atrevieron, el nombre de Mr. Robbie como  protagonista de la película clase “B” Maniac 2, con la actuación  de Joe Spinell, que además es el guionista de este proyecto que no se plasmó en el écran, por la muerte de este.
Hay que recordar que la lectura en su rol de magia inagotable, nos exigirá siempre fortalecer nuestra imaginación.

COMO EL PROTAGONISTA DE UN FILM CLASE B de Pablo Espinoza Bardi. Cathartes Ediciones. 56 páginas. Arica. 

“CUMBIA ÁCIDA” DE RODRIGO ROJAS TERÁN: LA VERSIFICACIÓN DE UNA REALIDAD BAILABLE por EDUARDO J. FARÍAS A.



La música como todas las manifestaciones del hombre se encuentra en constante evolución. Es el barómetro del espíritu de las naciones, el pulso variable de su alma y en síntesis, la extensa banda original de sonido de la humanidad.

Para la poesía que vive y se nutre de la musicalidad en las palabras le es imposible el ejercicio de abarcarla de cuando en cuando.
Este ejercicio es el que nos presenta Rodrigo Rojas Terán en su poemario CUMBIA Ácida.

El tema central se fija en la Cumbia Chicha, que de cualquier manera puede tomar por desprevenido al lector. Este estilo musical surge por los años ochenta en Perú, mezcla de cumbia guarachera, huayno y rock psicodélico. Una amalgama difícil de “digerir” para algunos. Es una manifestación de toda una geografía rica en paisajes, en historia y en cultura que trasciende por sobre las localidades y los países.

Arica es el vértice de una “interzona” limítrofe donde las culturas se mezclan se amalgaman se entregan en una convivencia plena de matices, claroscuros y los colores fluorescentes de la gráfica de las disqueras “CHICHA”.

Rojas Terán se atreve a abrazar este acervo y traerlo en versos hasta nosotros. Aludiendo a la belleza propia de la poesía se van plasmando los cuadros de una realidad que aparentemente nada tiene de ajena con la nuestra si no es por ser con elementos que  escapan de lo urbano, la sequedad del norte, sus valles fértiles, las localidades y sus bajos fondos.

La droga, la prostitución, el trabajo como un yugo lacerante son los marcos para los atisbos que nos entregan verso a verso este poemario, una realidad ácida que corroe la sensibilidad de algunos, deshace la distancia, revela el profundo ser  de lo que los “tecnócratas” denominan “problemática social”. ¿A qué huele la Cumbia ácida? ¿Qué imágenes nos invoca?¿Hasta dónde nos puede invadir el canal auditivo? ¿Qué acordes son esos? Chacalón, Maravilla, Los Sanders, Los Destellos… ¿Qué plasman en sus líricas?

 La sencilla y diáfana poética de este poeta parece concordar con las penetrantes guitarras eléctricas de la cumbia chicha, el rescate de una realidad que algunos luchan por olvidar con ahínco. ¿Cuántos de estos versos podemos fácilmente traerlos a nuestras imágenes mentales?

No está en la lejanía ni en nuestra indiferencia cuando usamos la locomoción colectiva y nos ataca por los flancos arteramente, como atropellándonos, en ritmos bailables, un ritual rítmico que se embarga de una alegría que naufraga ante  los abismos de sus letras básicas, el amargo amor, la voz de Chacalón envuelta por guitarras chicheras, hay algo que nos ofende mientras el trayecto de nuestro destino se debate en ahondarse en las cuestiones cotidianas de nuestro quehacer o entregarnos a esa vorágine de las pentatónicas cuatro cuartas invasivas y hasta insultantes.

Pero el poeta rescata, se atreve a traernos la verdadera esencia de esta música, el lector debe aceptar este reto, este sondeo por la naturaleza humana vibrante, oscura, atrayente.  
Editorial Aparte recoge el guante, toma este desafío y nos extiende este poemario.

Cumbia Ácida. Rodrigo Rojas Terán. Editorial Aparte. Arica.

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