miércoles, septiembre 11, 2013

LA FABRICA por PABLO DE ROKHA


...—Cuántos pulmones, ¡cuántos!, ¡te has comido, fábrica!..., ¡cria­dero de sombras: cementerio de almas, criadero de sombras y de mártires, igle­sia, garito, letrina del diablo, sucursal de las casas de orates, los hospicios y los sepulcros por los lechos ácidos del hospital!... ?... !...
Los piojos y las pulgas hacia la sarna hedionda gimen más allá del más allá de tus ruidos joviales y la miseria se rasca las pústulas tras tus gestos potentes y tu modos sonantes, tu actitud rural de atleta...
A la salida del sol trinan tus grandes sirenas por la salida del sol. cantan los martillos, las ruedas, los tornos, las bielas, un sudor vegetal, emi­nente, animal, dignifica y sublimiza los rostros grandiosos; atardeciendo. paren los ocasos angustia, sangre, infamia, errores malditos, dolores obli­cuos. capciosos, ladinos, tristezas, congojas, penurias; de noche, ¡oh!, de noche la aritmética trágica del capitalista roe la claridad lunar, augusta, y la soledad llora en los esputos verdes de los tuberculosos, mientras las ra­tas rubrican los pisos en donde ejerces tu explotación.
Tus esclavos y tus lacayos nutren la panza oscura del comercio, en­gendran muchos hijos, aguantan muchas penas muriéndose de hambres so­ciales o se hacen héroes y líderes.
Los carabineros y el Estado te lamen los pechos rotundos, fábrica, tú les mantienes la hembra, la lepra y los pingajos rojos de la autoridad, gran cabrona gorda, y la ley es uno de tus productos, uno. una sola de tus manufacturas, una sola en una sola.
Como a casa ruinosa, los vientos trágicos de junio y julio, asi las huel­gas te remecen, fábrica, como a casa ruinosa, y los comicios democráticos, las turbas plebeyas y su voz interoceánica barren tus frutos lúgubres: las pulmonías, las gonorreas, la tuberculosis, los insomnios, la miseria, la fa­tiga. la congoja, las borracheras trágicas en la borrachera de los fracasa­dos, el crimen, la verde envidia. Dios... tus frutos lúgubres, fábrica, tus frutos lúgubres. la hipocresía crepuscular del explotador, el catolicismo y la hostia oscura en la hostia oscura de la mentira social elevándose sobre aquella gran tumba hedionda en donde los salarios oscilan entre $ 1.50 y $ 2.— la jomada.
(.. .Y las viejas raídas, las esposas, las hembras, los mocosos, las queridas zaparrastrosas con sus tarritos tristes junto a las murallas: porotos duros, pancutras viejas........... ¡todo el amor con todo el dolor prole­tario en la dignidad de un almuerzo pobre!... !...

¡Incubadora de miserables y meretrices e incubadora de superhom­bres. fábrica, tus axiomas teologales —"trabajar es dignificarse”—, tus axio­mas teologales son lo mismo que frailes horribles, negros, malos, secos y he­diondos y el perro de "Dios", el capitalismo, te preside como el gusano y la cruz los cementerios!...

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