A Joaquín Gianuzzi
La torpeza de mis manos al escribirEl revés solitario del papel
La hermandad de los objetos (el
escritorio, la ventana, etc.)
conspiran alegres con la escritura
La mirada insidiosa de la pared
Y el ruin televisor interfiriendo
Micros braman afuera
Y la resaca no es nada tampoco
a la hora de corregir un verso
La puerta siempre se cierra por fuera
No hay vocación aventurera
Ni la intrepidez necesaria
para moverse entre resmas y lápices
A veces los libros, sólo deben usarse
para trancar puertas
Afuera, el hombre de chaqueta de
cuero me espera
con las manos en los bolsillos.
El pensamiento de lo que sería este
país
si los diarios de vida de psicópatas
y notas de suicidio
tuvieran vasta circulación
Ese pensamiento (no) desasosiega a
cualquiera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario