Bunker es un
poeta curtido por los continuos paisajes a los que se ha visto expuesto. Cada
uno de ellos va dejando una marca en el alma, es así como el escribir se vuelve
un acto de expiación, entre los pasillos de la soledad o uno de contrición en
el descenso a los infiernos. Lo cierto es que en la autenticidad de sus versos
nos encontramos de plano con el
aroma a las distancias, el testimonio
fiel del poeta nos deja en claro cómo va dejando un trayecto de ires y venires
cada uno con su costo espiritual.
El lector pasea
su vista estrofa por estrofa en una
cosmovisión donde pareciese confundir el alma con los terrenos donde se
desplaza, la ciudad es más que una ciudad y un amante más que eso, son claves
precisas para abrir ventanas de la vivencia. Todos los elementos de cada poema
van en pos de eso, el dato geográfico, la mujer amante y lo que entrega o lo
que quita, objetos cuya cotidianeidad nos enlaza a nuestras propias vivencias.
“Me observaste sin espetar prudencia,
tus ojos seguían a mis
dedos (del cigarrillo
al lápiz, del lápiz a
la taza, de la taza
al libro de González
Tuñón, del libro
de González Tuñón al
cigarrillo).”
- TESTIMONIO PORTEÑO.
“Hay tanto de ti en mi valija, tanto,
que lleno los cajones de ti,
te guardo en el closet,
te dejo sobre el velador,
hay libros con tu rostro,
botellas transparentes como tu ser.”
- TÚ EN MI EQUIPAJE.
El lector que
abre sus horizontes y su propia historia
entra en comunión con los poemas de El Momento no es bueno, no hay
tiempo de arrepentirse, ya que al siguiente poema se abre otra página de
historia, como cuando el alma se tatúa de iconos y cada uno de ellos es una
historia independiente, tatuajes que cubren la totalidad del alma. Somos
testigos y si nos atrevemos también protagonistas, nos calzamos el traje, la máscara
y vamos experimentando esa partición del
corazón, esa idea continua del abandono, esa renuncia emparentada con la
soledad y lo que va quedando detrás.
Hay nombres para
esas mujeres que aparecen, pero se confunden con las conocidas por el lector,
el viaje de Bunker, es el viaje de todos los hombres en esa educación
sentimental abrupta, a ratos ciega, también a ratos entregada al dolor.
“Pero Carmen tiene dieciséis heridas
en sus muñecas, una
por cada año de vida,
una por cada viaje que
con los dedos realiza,
una por cada amor que
se ha ido.”
- CARMEN
“¿Lo recuerdas?
Buenos Aires llovía, alguien a lo lejos
susurraba tu nombre ─Judith, Judith,Judith─
tres veces, pero tú no te dabas cuenta.”
- TESTIMONIO PORTEÑO
Los datos
geográficos nos entregan referencias, pero es más que eso, aún más que un
testimonio cartográfico, o un camino de migas
o la certeza de que el viaje externo es tan valioso como el periplo
interno.
“Mañana Córdoba te suplica,
Antofagasta acabar
conmigo quiere,
y qué más da si el
recuerdo próximo naufraga
en lo que no quieres
comprender.”
- LETANÍA.
“Pero ella te citará en el Parque Avaroa
a la hora del adiós, mientras la ciudad
enciende la koha para chayar a sus muertos
en un amanecer púrpura,
luego de que los tinkus
se emborrachen en promesas,
mientras la esperas bajo la lluvia.”
- CARMEN.
Los bares, las
barras, las noches eternas, las noches efímeras, los cigarrillos en ayunas, el
café, las maldiciones que calan los huesos, los autobuses, los aeropuertos, las
maletas, las habitaciones oscuras, las direcciones inolvidables, elementos
necesarios para este mapa dolido, este mapa pleno de una pasión que solo puede
ser generada con el goce y el sufrimientos a flor de piel.
“Entonces:
Ten amor, estas, mis
lágrimas que caen en
tus ojos (son de
espuma y sal), buscan
lavar mi imagen de tus
retinas.
Ya tu mano se bifurca
de mi camino,
y tu cama pretende
extrañar el fuego
que encendimos a los
meses
con nuestros cuerpos.
Entiende que duele más
tu presencia,
que el abandono
próximo,
y corta con navajas
aquellas promesas
de San Telmo; ¿las
recuerdas?
- LETANÍA
El momento no es
bueno, un arte de sobrevivencia, desde un espejo hecho de versos, la brújula
sobre la carta geográfica, la aguja del norte, enloquecida… todo sucede o todo
sucedió o todo sucederá como un ensayo, quizás la vida de todos los poetas
individualmente considerados sólo sea un
ensayo, un vasto y testimonial ensayo. Bunker y sus poemas pueden darnos algo
de eso, el testimonio de vida hecho versos, siempre supera al poeta, siempre
supera al hombre de carne y hueso.
EL MOMENTO NO ES
BUENO, Segunda Edición. EDICIONES DEL MAL. Septiembre del 2014.
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