lunes, agosto 23, 2010
LA DANSE MACABRE DE TITO MANFRED por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE
De pequeños nadie nos dijo, nadie nos enseñó que se podía golpear con poesía o que la Poesía podía golpearnos el alma. Para ello los “tecnicistas”, los críticos, el público en general y los poetas que solo son leídos por poetas postulan que un lenguaje procaz, austero y a la vez transgresor sería el arma contundente con que la poesía nos debería golpear… golpear, quizás un eufemismo para decir: embargar, abismar, abrumar y muchos verbos terminados en “er”.
Desde la carta introductora un desasosiego no confirmado se asienta delicadamente en nuestros sentidos, “Yo” el poema nos deja faltos de algo que aún no delineamos, “Uno”, la perfección de las líneas, la cita y el interlocutor fantasma preciso para desviar la atención a una madre una madre mayor a la carnal quizás, sólo quizás, encarnada en nuestras madres.
“Explosiones en el cielo” nos embriaga en el arco perfecto de la fantasía, unas imágenes sobrecogedoras y amantes, un remate de línea fina estimula al lector a saciarse de más versos e daguerrotipos de otras almas y lares. “Sombrita, píntame la luz en tu boca”, de golpe nos encontramos con un segundo epígrafe, que da los lineamentos a un universo que para algunos resultaría desconocido y a otros profundamente familiar, en el mismo trazo nos llega “Love Love Love” con epígrafe de The Organ, y se crea un contrapunto original, un primer quiebre en la estructura general en el que el lector desprevenido tiene una opción continúa este lúdico planear poético o tropieza de bruces.
“Pulverización de los últimos pudores” es una composición de prosa poética con rica musicalidad. “Visiones desde la herida” con epígrafe de Interpol, con desusada cotidianidad nos visitan estos versos, “Las perras no dicen miau miau como la niña que yo amo” lúdico, incisivo vuelve a golpear con un coctel variopinto de imágenes elementos de matices procaces, mitológicos cotidianos, referenciales, un trabajo interesante de ritmo: un trabajo compacto.
Si bien trabajar con referencias en materia poética es un trabajo riesgoso, ya que según algunos puede llevar a un excesivo “culteranismo” y para otros sólo trae la probabilidad de desviar el eje de atención del lector y vaciarse de buenas a primeras en la cita , en la referencia , con “Disco 3000” no sucede y no por la variación de “Disco 2000” de Pulp, sino por el texto mismo donde se incrustan códigos de lenguaje, traducción del nombre de un grupo musical, la lírica de una canción, un trabajo referencial delicado intimista dirigida abiertamente a quien goza de esos tópicos de ese estilo musical.
“Otredad” salón de múltiples espejos desemboca en un acto, común , descarnado propio. Ajeno.
“Canción” con citas incrustadas en el texto con “ I disappear” de The Faint, un trabajo elegante dentro de lo referencial , encaminando a un hipertexto simple pero decidor, un recoger de escena, un transporte al lector a ver un écran manchado pero íntimo. Otro golpe a los sentidos.
Con “No me soporto” se comienza a visualizar este “Totentanz” esta danza macabra, una serie de poemas que son viñetas a la usanza de un Holbein el joven, grabador y retratista de la muerte.
Hay que hacer un alcance aunque se entrevé la intención del autor en el epígrafe de “No podrás dejarme de amar cuando esté muertito/ muertito, serás siempre mía” el tema “Wild is the wind” originalmente cantada deslavadamente por Johny Mathis, nos dirige a la versión de Cat Power, aunque Nina Simone da tintes más dramáticos y sufridos a la misma y aunque el gran David Bowie entregue la versión más sentida y hermosa de esta canción, esto se entiende por una motivación de contemporaneidad, una suerte de rescate. Sugerencia al lector, lea esta composición poética con esa canción de fondo. Con cualquiera de las tres versiones.
“Papelitos Sueltos” es una suerte de puente en la estructura final del poemario, poemas breves, especulaciones líricas y experimentaciones que más que ser interesantes preparan el siguiente capítulo de esta unidad titulada “La Danse Macabre”: “ Entre tu Apocalipsis y mi muerte” .
Referencias abundan y la primera golpea, porque si bien es cierto muchos se han ahorcado en Manchester, hay para los cultores de dark- gotic-post punk, uno en especial, lejos de ser un tributo a Ian Curtis, resulta irónica una suerte de invocación burlesca, transgresora, no se trata aquí de santificar a un artista que marcó a una generación o entrego la línea que apareció a comienzos de este milenio con agrupaciones como Interpol, Editors, Monomen y otros, tratando de “ahorcadito” pero en el contexto en esta “desvaluación” se ve una proyección, concepto freudiano, del autor en si, como ansias “suicidas” de opereta, lejos de restarle valor o interés a la obra en sí, le da otro giro, un cariz amargo, deslucido , apoyándose en Goethe, o Gondri da la sensación de la recta final del suicida, la vida pierde sentido… una intensidad decreciente… un poemario digno de ser leído.
Etiquetas:
poesía nacional,
reseña literaria,
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