La espiritualidad femenina y sus múltiples
dimensiones actos y facetas, abarcarlas es una tarea titánica y tal vez
imposible, sin embargo esa complejidad tan vasta como el universo puede ser
abrazada por la poesía. La lírica
femenina tiene su fortaleza en la
esencia de la mujer. Los esfuerzos de la historia, la religión y otras yerbas
que nos separan y distinguen para condenar o
disminuir su grandeza han
naufragado con la sola presencia de la mujer en la sociedad y sus logros.
Consientes de eso las poetas
han abarcado ese tópico, su propio ser,
la inmensa espiritualidad que le es inherente. Capaces de los sentimientos más
excelsos hasta los más bajos sin, al parecer, tergiversar en lo profundo esa esencia que les envuelve. Paula Bécquer, poeta de Copiapó abre sus ojos dueños de una
sensible mirada poética e intenta en su segundo libro atrapar en sus breves versos (composiciones de cuatro a trece
versos) parte de ese cosmos inasible, entregándonos una visión honesta sencilla
y profunda de las claves de ese mundo.
Recuerden; verdad es mujer;
rebeldía es mujer; sangre, vida, luz, sombra, todo esto lo sabe desde siempre
la poeta.
“Amén
Esta noche no dormiré.
Contigo sólo hay dominio,
Infeliz que me toca
Es desesperante el roce que antes acunó poesía.
Tu sonrisa que sin reír está en mi cama
Que no es mi cama: es tu palabra rota.”
No se escapa la voz poética de la reflexión crítica de lo
que envuelve la mujer, no llega a ser extremo o incomodo, se logra una delicadeza
que dice más que una actitud
abiertamente antagónica o refractaria,
allí está el valor neto de la manifestación lírica de Bécquer, a
pesar que algunas de sus composiciones aparece un receptor masculino de sus
dichos, no deja de abandonar un eje que en instantes se imbuye de sí misma; una mujer ante sí misma, un espejo
tridimensional e incisivo.
“Indesmentible
Cierro los ojos cuando Dios viene a callar
Los silencios hacen conjeturas en las manos
La vuelta de página sucede en cada rincón
La realidad viene rasgando el día”
Y
“Sutileza
En este instante
Cambiaria de roles
Me volvería un monstruo
Sin golpear tu conciencia.”
Y lo anterior se modifica
totalmente en la sección II de Sangre de la otra costilla, se desenvuelve en
sordina una serie de alegaciones que en definitiva no sobrepasa la línea lírica antes descrita,
sólo la intensidad se acrecienta:
“IX
Él sabe que en la intimidad no es mi
Satisfacción
Que es demasiado
poco para cubrir mi celo
Que busco en otro lado, las inquietudes de la
Cama”
No abandona la poeta la línea de la religiosidad que ya se
determina desde el título mismo de la
obra, se encuentra en la tercera sección, no debemos dejar de comentar los
hechos de violencia contra la mujer que cruza tangencialmente el
discurso poético de este libro y es un
motivo de lucha ineludible y una tarea para esta sociedad aún perfectible.
Sangre de la otra Costilla de Paula Bécquer, HAIN ediciones.
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