miércoles, febrero 04, 2015

OJOS DE LA CARNE DE LUIS KONG: DESDE LOS OJOS DEL ALMA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE


La relación del poeta con Dios ha tenido  los más diversos matices en el planisferio de los sentimientos, desde la poesía ascética, la ateísta hasta la derechamente iconoclasta han depositado  en versos los latidos más extremos. En Luis Kong conviven una fe puesta a prueba y una animosidad, hay una marca, una especie de cicatriz filosófica en el pecho del Yo Lírico en el poemario. Los sucesos de la historia del mundo, la evolución política y la propia existencia han demarcado ese contemplar a Dios como alguien a quien lanzar las amargas diatribas que no logran menguar una fe a toda prueba.

El título “Ojos de la carne” parece tener la intención de  diferencian los ojos que llevamos en el rostro a los ojos que porta el alma y que es por idea de los hombres aún más profundos en la observación de la naturaleza y de Dios.

Kong ha salido del marasmo del fin del siglo XX, con el temor  al fin de la civilización y la búsqueda de respuestas que no llegaron ni llegarán, pero el poeta parece sortear este dilema existencial y asevera:

“El siglo XXI, sin embargo,
Nos traerá a un Dios renovado en
Materia religiosa
Los ricos entrarán por la puerta ancha
Al reino de la pobreza material
Los torturadores tendrán casa propia
Y los muertos volverán a renacer intactos
De la putrefacción espiritual”

Hay una férrea relación tecnología-religión, en que la última se expande para abrazar (y abrasar) a las multitudes, hay una suerte de prosternación  teñida de sorna.

El circuito energético de los versos se inclinan y corren a través del post modernismo entregando  interesantes imágenes, la cita política y la acerada antipoesía   que  crean estructuras que mantienen  el interés del lector   :

“Como decía el finado,
Tengo fe en Chile y su destino
Tengo fe en la concertación de partidos
Por la teocracia
En los líderes de opinión
En los Legionarios Renovados de Cristo
En los terapeutas religiosos
En los normalistas de antaño
En la Comunidad Indígena Amazónica”

Mas en todo esto se encuentra una calibración del alma mediante confesiones, o las palabras que van dejando atrás la historia personal de la falta de fe, el golpe del 73 y la posterior diáspora forzosa  y boreal de sus compañeros de ruta:

“ Que otros iluminados más crueles que yo
Escriban su furia contra el maleficio

En lo que a mi respecta
puro monólogo de tristeza de fin de siglo

Y es que mis amigos
o están muertos
o escriben esporádicamente
desde el exilio boreal

Algunos
fueron internados de urgencia
en hospitales siquiátricos en Antofagasta

Uno sigue solo en verdad”

Hay un trabajo de menciones que nos van guiarnos en la estructura general del poemario, la Escuela de Praga, Fukuyama, Roland Barthes, Umberto Eco, Teoría Apocalíptica integral, Sara Tustra (homófona del Zaratustra ( Zoroastro de Nietzsche)), escuela de Frankfurt, Marcuse, Sartre, Chomsky y especialmente Baruch Spinoza. Este último filosofo holandés del siglo XVII que postulaba
Que el universo estaba hecho de una sola substancia la que a su vez también es su causa, un Dios “Naturaleza”  la manera de invocarlo es en definitiva,  el modo de mostrarse rebelde con el universo.

Su poesía es pulcra denotando un oficio cuyo pilar principal es la razón antes que el sentimiento, el que parece demostrarse mediante las palabras precisas llevando de la mano al lector por las miasmas racionales de la soledad , del abandono y de la historia que se debe cargar día con día.

OJOS  DE LA CARNE DE Luis Kong Editorial Forja. 2004


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...