miércoles, diciembre 23, 2009
Mil veces adiós a la luz III (Y)
Y dije lo que debía decir
Y la docena de minutos inútiles
Y la ebria atmósfera
Y la vanidad desgarrada
Y el declararme, no pareció importar
Y cómo pude hacer eso
Y el rosario brillando entre tus senos
Y la historia de elusión y desdenes
Y las excusas necesarias
Y las llaves del auto
Y el último cigarrillo de la noche
Y el metálico sabor de la angustia
Y la infinita bóveda celeste
(Dios observando)
Y tú cerrando la puerta
Y el semblante vencido
Y el perdón del Espíritu Santo
Y quizás la expiación aguarde
Y luego desvarío,
Y el llanto empapando la memoria
Y la llegada del silencio
Y conciliar forzadamente el sueño
Y la humillada conciencia
Y en fin, sea este escrito el madero
Y clavos para mi crucifixión.
Etiquetas:
MIL VECES ADIOS A LA LUZ,
poesía propia
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