miércoles, febrero 17, 2010
EL MARGEN DEL CUERPO DE FLORENCIA SMITHS: LA MATERIALIZACION DE UNA POLISEMIA por EDUARDO J. FARIAS ALDERETE
La palabra como herramienta fundamental del oficio de escribir, es en la más sutil de las concepciones una ágil daga que atraviesa los sentidos, este es uno de esos casos en que un autor, nos toma fuerte de las manos o simple y llanamente nos empuja dentro de los laberintos de su existencia, verso tras verso, en un poema o línea tras línea en prosa.
Florencia Smiths nos sobrecoge en una prosa poética desencarnada, a ratos áspera, adjetivada y vigorosa. Nos arrastra a situaciones vividas por un alter ego sensible. Surge la duda lógica de quién describe a quién: Si es el Yo lírico que observa con sesgo de crueldad al sustrato real donde esta contenido, así las cosas, jugando el rol de observador impasible o una persona que utiliza la poesía como acto de catarsis infructuosa.
El sesgo de crueldad es tangible en las adjetivaciones que menoscaban el actuar del otro, así es lector, hay un cisma que hace que el hablante lírico se describa como en tercera persona, esa falta de compasión divide el espejo de la realidad, creando la ficción de dos universos diferentes.
La catarsis de hablar, la sanación del espíritu como meta, es un albur que no se materializa, este cuerpo es vigilado por otra entidad al margen de él, recopila sus datos, sus experiencias, cruza el Rubicón cuantas veces sean necesarias para crear imágenes poéticas en el delicado arte de desnudar el espíritu, no falto de un ojo clínico rayando en lo científico:
“Escribiendo acude a las superficies, a la escara, a la sutura, puede nombrar cuanto existe, hacerlo existir, como si tuviese desde mucho antes la experiencia de la sintaxis, en contraposición de ese defecto de la adaptación”
No se debería pensar en que esto enfría el temple de la poeta, la pasión se encuentra explícita e implícitamente en extensos pasajes de esta obra:
“Tuvo que enseñarse a combatir esa dual desidia, esa doble batalla de elegirse opuesta y correr el riesgo de suspender acaso siempre- la otra mitad”
Se cree que la Poesía tiene la cualidad que posee el agua, en cuanto a la adaptabilidad del continente y el contenido, puede ser, que el yo poético subsista con esta cualidad dentro del cuerpo del poeta. No es este el caso. Y aquí descubrimos el primer significado de cuerpo, y porque está al margen, escindido de una manera fatal que se descubrirá en las últimas palabras de este libro.
El segundo significado es meramente estético, se nos presentan los textos en amplia mayoría como un párrafo compacto, en que hay poco espacio para el lúdico ejercicio de los silencios. Salvo, en los versos en que se crea un efecto de vacío que invita inevitablemente a la reflexión, no es un descanso a la mente escrutadora del lector, es la ductilidad del vértigo propio del avance del texto y del silencio.
Los márgenes en contraposición al texto, impresionan notablemente. Ese es el segundo significado del cuerpo.
Continuamos en esas líneas que nos imponen entereza, en ese filo del espejo que a veces, nos es imposible asir sin herirnos.
Etiquetas:
reseña literaria
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