viernes, abril 21, 2006

XX. EL JUICIO

“Y si por mi mano pierdes la vida, no causarás más daño (...)
y la cabeza rodó por el polvo”

La Iliada. Canto X. Homero.

XX

EL JUICIO


¿Juzgarás a un corazón tan profundo
como un océano?
¿Juzgarás algo hecho en la materialidad
de los fantasmas?
Sólo puede juzgar un corazón
quien conoce la profundidad
del océano y vive entre fantasmas


Sin embargo
Juzgar a un lobo
siempre será más sencillo
cuando el único tesoro
de un hombre sea su corazón


Pero
lo que tu corazón juzgue
debe ser juzgado
porque
lo que es más recto
para tu espíritu
siempre se verá
más tortuoso

es así que tu mano
empuñe espada
sin que tiemblen tus alas
en indecisión

ya todo has pesado
y medido tus dedos
se aferran a los largos
cabellos del lobo

divino
el instante
en que la duda y el temor
hacen latir
corazones a la vez

las palabras afilan
esa espada que reposa
en el cuello con virtud
que corona justicia

vacilas,
mira cómo sus lágrimas
van dejando
el limo monstruoso
de la culpa
no temas
si su sollozo
alerta a su madre
deja que sus pulmones
revienten en suspiros


Estrella:
¿Tal vez crees que la fiebre me hace delirar?


Dame esas frases
Y esa acusación

habré de decapitar
a este engendro

su cabeza ha rodado
por el suelo

ahora estoy entre calles en silencio
abandonadas
nadie ni el viento
escucha mis pasos
el cielo se divide

es un sueño

quizás otro espejismo

cada latido es un eco
de otro eco
un pozo cavado a destiempo

llévate al lobo

mientras arrastro mi cadáver

Ponle monedas en los ojos
o en sus fauces
aunque no las merezca.

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