sábado, abril 19, 2014

SALMO DEL TIGRE por TED HUGHES


El tigre mata hambriento. Las ametralladoras
Hablan, hablan, hablan de un lado a otro de su
Acrópolis.
El tigre
Mata expertamente, con mano anestésica
Las ametralladoras
Siguen discutiendo en el cielo
Donde los números no tienen oídos, donde no hay
sangre.
El tigre
Mata frugalmente, tras atenta inspección del mapa.
Las ametralladoras menean la cabeza,
Siguen chachareando estadísticas.
El tigre mata por relámpago:
Dios de su propia salvación.
Las ametralladoras
Proclaman el Absoluto según Morse
En un código de estampidos y agujeros que contrae
las frentes de los hombres
El tigre
Mata con bellos colores en el rostro,
Como una flor pintada en un estandarte.
Las ametralladoras
No están interesadas.
Ríen. No están interesadas. Hablan y
Sus lenguas arden azules como almas, auroleadas de
cenizas,
Perforando la ilusión.
El tigre
Mata y lame a su víctima de pies a cabeza.
Las ametralladoras
Dejan una costra de sangre colgada de los clavos
En un huerto de fierros viejos.
El tigre
Mata
Con la fuerza de cinco tigres, mata exaltado.
Las ametralladoras
Se permiten sarcasmos. Eliminan el error
Mediante la dialéctica de acá para allá
Y demostrada la tesis se callan.
El tigre
Mata como la caída de un risco, unitendonado con la
tierra,
Himalayas bajo el párpado, Ganges bajo la piel –
No mata.
No mata. El tigre bendice con sus colmillos.
El tigre no mata sino que abre una senda
Ni de la Vida ni de la Muerte:
El tigre dentro del tigre:
El Tigre de la Tierra.
¡Oh Tigre!
¡Oh Hermano de la Sierpe!
¡Oh Bestia en Flor!

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