Un poema
sobre la pureza de la nada.
No tratará de mí
ni de otra gente.
No celebraré nada.
Voy a decir solamente
que fui comprendido
cuando me dormí sobre un caballo de madera
y él me llevó al trote a la calle.
Era en 1939
la noche del terremoto de Chillán.
Por eso amo la pureza de la nada.
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