jueves, agosto 04, 2011
EL LADO SALVAJE DEL DOLOR por GONZALO DAVID
a G.G.
Beben en un sucucho de cuarta frente a la plaza de un pueblo x. Llevan los pies destrozados y lloran de rabia de estar en ese pueblo x ese verano de mierda. Uno le dice al otro que no son los únicos en esos años furiosos y bastardos, le dice que conoció a una chica rara, mirando el mundo con fobia, habitando los paraderos tristes de gran avenida. Le dice, que tal como ellos, a ciento cuarenta kilómetros está esa chica vagando como una eterna cicatriz por la ciudad, con el corazón oxidado, tatuado por tantas historias de forma violenta sobre la superficie. Dice que le prenda velitas o púas porque es la santísima patrona de los que escriben horrible y suicida, que la lea, que la busque en internet y se convierta en su fan, que fotocopie sus poemas y los pegue en los muros de su pieza, debajo de los puentes, en las micros, afuera de las iglesias, que escriba su nombre con la orina sobre vitrinas y cabinas telefónicas, porque su nombre es muerte, porque su nombre arde más que todas las llagas en la biografía de este largo y angosto pedazo de estropajo.
Etiquetas:
poesía nacional
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