martes, agosto 23, 2011
HAPPY DEATH-DAY TO YOU.. por PABLO ESPINOZA BARDI
lo último que recuerdo es haber vomitado mi polera de Star
Wars. el fuerte olor a vinagre emanaba de un Yoda
pintarrajeado con restos de tomate y escasos fideos. me paré
bastante mareado y con gran dificultad, pateando algunas
garrafas qué para descontento de mis amigos lanzaban
coloquiales puteadas. me sentía mal. todo estaba distorsionado
y acompañado de un desagradable sonido de maquinaria que
punzaba mi cabeza... y lo peor era ir a mear en esas condiciones,
entre nichos y cruces. de ahí... todo se fue a negro. han pasado
como diez minutos desde que desperté y no le puedo encontrar
una explicación al extraño hormigueo y a la anormalidad de mi
visión. los músculos de las piernas y de los brazos se sienten
pesados. sé qué están ahí, pero me es imposible moverlos ¿tan
borracho estoy? creo que al parecer estoy recuperando el
movimiento de mi cuello y mi visión se adecua al entorno. a mi
derecha nada. sólo una pared. a mi izquierda veo ¿gente? ¡no,
no es gente! o sea sí... son. son ¡¡¡cadáveres!!! ¡¡¡muertos
vivientes!!! ¡todos conversando y bailando como la gente
normal! ¡actuando como gente normal! todos usan esos tontos
gorritos de cartón con forma de conito. qué ridículos se ven.
algunos están tratando de bailar, pues muchos de ellos tienen
sus extremidades rígidas y podridas. a mi lado hay uno de ellos.
de su cara cae algo como pus y otras secreciones. todas
chorrean desagradables y se escurren por las serpentinas que le
cuelgan alrededor de su cuello... pero más desagradable aún, es
lo que está comiendo. ¡está mordisqueando una pierna!
¡¡¡humana!!!... ¡y otro de por allá está chupeteando una mano!
trato de hablar para preguntarles que cresta pasa pero no me
responden ¡es más! se me acerca una señorita totalmente hecha
charqui, de ropa ajustada y muy escotada, y mete su huesudo
dedo en mi ojo, para luego langüetearlo sensualmente con una
erótica expresión facial... dejándome perplejo y asqueado.
momentos después, las sensaciones corpóreas empiezan a llegar
poco a poco junto con un terrible dolor. levanto la cabeza y me
doy cuenta de la desagradable verdad. la ausencia de mis brazos
y de la mitad de mi cuerpo explicaba el extraño hormigueo. pero
también. las velitas de colores incrustadas en mi pecho lo
dijeron todo: ¡uno de esos zombies de mierda está de
cumpleaños!
Etiquetas:
narrativa,
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