miércoles, agosto 10, 2011

LA JOVEN BESTIA por MAHFUD MASSIS




Yo era el tiburón asediado por las vírgenes,
y grandes carneros enlutados alimentaban mi alma
con larvas, que criaban al pie
de los patíbulos.
Negros jinetes y un dios comido de lombrices,
quemaban en mi puerta un corazón de zorro.


Yo estaba triste, como si recién hubiese resucitado.
Un cuerno de pus separa tu corazón del mío, oh hermosa,
y tu recuerdo es difícil, como el parto de las tarántulas.
Para recordarte, sobre mi pulmón guardo la mandíbula
de un muerto, y a tu memoria,
hija del desierto,
bebo este vaso de gangrena.


Todos estamos perdidos y respiramos por la uretra a sollozos,
hasta los ángeles ocultan ojos de saurio
y lagartos en la vagina,
y desde el fondo del semen mugen hombres y monstruos encadenados.
Todos estamos podridos. ¡Yo estoy molido hasta los goznes!
y vomito estiércol, y pelo de momia y cuero
de caballo abandonado.
Estoy perdido.
Cuatro búfalos me echan su menstruación celeste;
solo el gusano respira en mi sarcófago,
me sorbe los tuétanos,
y sobre el pasto que crece en mi pecho izquierdo
orinan las yeguas.
Ya lo sabemos, se acabaron los dioses:
el cielo está hueco.

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