domingo, marzo 11, 2012

CAJA DE PRALINES PARA LA HIJA DE UN MANDARIN DISIPADO por SAMUEL BECKETT



¿Tiene las piernas suficientemente largas?
Già pero su rostro...
Oh mi pequeña y tímida Rosinette
¿no es así Bartholo, sintético gato gris, regia vela?
Guarda a Thyrsis para tus matinales.
Concéntrate bien en la carta querida
o se notarán las manchas.
Harías el favor de olvidar esa soupe arrosée
en el primero del primero,
dándole de comer al gladiador que llora
renovando nuestros votos bautismales
y el alba se agrieta en la línea
efusiva conjetura de los inocentes
dos irlandeses en un solo Dios.
Radiante Cristo de barbas color limón
y tú con el obligado porta-fálico-portafolios
y el rubicundo Tomás
incrédulo
en la Closerie coctel que es mía
y por supuesto Juan el chico listo de la clase
tragando un gargajo apostólico
EL MEJOR ALIMENTO EN LA ’ISTORIA
si los niños exploradores no lo hubieran registrado entero
para el onceavo del onceavo once años después.
Ahora muchacho
ata un cordel a tu lírico lomo.
¿Qué es esto que sobrepasa
a la angustia de lo Bello,
esa brisa de dolor sin preparar
en las cuencas de sus ojos?
¿Es suficiente
una puntada en la bastilla del vestido de Dios?
Esta noche su mirada será menos
que el rayo de sol que una alondra raya.
Oh me avergüenzo
de todo arte torpe
me avergüenza la presunción
de organizar palabras
de todo menos de las ingenuas fibras
que sufren verdaderamente.
¡Estúpido! ¿Esperabas desenredar
el nudo del dolor de Dios?
¡Melancolía por Cristo ésa fue una suave!
Oh sí pienso que quizás ésa sólo era una muy pequeña
inclinada a ser demasiado insegura.
¡Schluss!
Ahora señoras y señores
un hipo cubierto de chocolate para nuestro viejo amigo.
Pónganse sus sombreros y siéntense cómodos.
¡Oh belleza!
Oh predatoria evacuación,
desde las entrañas de mi arrepentimiento–
prontamente afectado
por la asimilación de una gota purgante
del vómito involuntario de mi memoria–
violentamente proyectado,
¡oh belleza!
¡oh inocente y explosiva belleza!
¿Qué vale el expreso a Balbec?
Albión Albión llora por él llora
vuestro pollo Willy el niño idiota
el corpulento pedazo de bacalao de sollastre.
¿Ahora quién descubrirá
en el vigoroso Salvador de carnicería de Mantenga
signos de caballos de fuerza
trascendentes?
Ovejas escribió el muy dudosamente
genial e ilegible jardinero del paisaje.
Gloucester no es un bimbo
y él está en el Limbo
así que todo está bien con el queso gorgonzola de la bondad
humana.
Aunque los cerdos fueran sacrificados
bajo las olas
no lejos de la arena firme
¡desaparecieron desaparecieron,
mi Braut de Bruselas!

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