Respira abriendo tus brazos,
entra en silencio si quieres, pasea por el sótano de las madrugadas aguarda y
habita estos versos: Y la luz de la luna
revela las alas de la libélula. Búscame en el centro de tu sueño en la
tibia meditación de una imagen, el pétalo de tu piel indeleble abre la mampara
gris del amanecer, habita estos versos: No
cuentes los minutos, de tus dedos surgen
mariposas y gira el mundo cantando tu vida. Ante la claraboya enceguecida
del mediodía mientras tus pasos ensayan una de múltiples rutinas, DETENTE. Vive
en estos versos: No hay paisaje ajeno
mientras tus ojos cultivan flores en el aire. Y pasea por
los días con venda o sin venda dibujando el rasgo azul que la vida lleva a
cuestas. El poliedro del tiempo te desespera, el poliedro no cree en ti y te
lleva a las puertas añejas del
atardecer. Vive en estos versos: No hay
piedra que tu fuego no conquiste, ni verbo que te extinga. ¿Queda algún
momento para las heridas y cicatrices? Vuelve la noche ciega en la orfandad de
los poemas, trazando distancias y querellas ¿Puedes habitar estos versos?: La luz de la luna renuncia a tu mirada.
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