Cuando el lector se enfrenta a heterónimos
recuerda a Pessoa. Si bien no se puede culpar al amante de la lectura por tal “mezquindad”
produce un ruido esta actitud mecánica, me explico, hay más casos como por ejemplo: Antonio Machado. Si existe éxito o
no en esta “estratégica literaria”, no
debe estar en tela de juicio. Si el poeta puede o no obedecer a voces dentro de
sí y derramar sus versos por cada una de las voces, siendo efectivamente
diferenciadas, tampoco debe discutirse (Sólo por el resultado bizantino).
Aparentemente Jorge García Bastías apuntó
sus armas poéticas, sin temer en las consideraciones que a cualquiera
puede asaltar.
¿Quién es Efraín Hermés? ¿Quién
es Antonio el Hipotálamo? Luego de leer el poema “Jorge García Bastías”
podríamos tener una señal, algo aunque
mínimo nos daría alguna luz tenue para develar este misterio. La cita
textual que continúa, verdadera o no
acerca del esquizo, nos prepara para la lid.
Ahora vamos a la forma del
poemario; composición a composición descubriremos que todo parece encarnarse en
una personificación no forzada, una visión del mundo donde todo siente, piensa
y se expresa. La sociedad con sus recovecos y circunstancias “cínicas” en el
sentido filosófico de la palabra, queda
expuesta a juicios de valor donde todo puede ser puesto en tela de juicio.
Todo. Pero este vistazo profundo viene premunido de
una supuesta liviandad. El mundo bajo su cosmovisión, cambia de sentido en una
alquimia personal de mixturas y
elementos de significado propio. La rica utilización de los tropos, la
musicalidad que intenta a toda costa de ser única, logra su objetivo:
“Polar es un color hecho de mariposas crisálidas y un nombre aspira las
cortinas desde afuera (…)se miden los conceptos y el hambre es un beso simple,
una caricia viva. Intentas describir cómo gime el sol, cómo caminan las nubes
sobre la piel, se acaban las madrugadas, los atardeceres, el tiempo huye y tú
eres un agujero, sin costilla… sin espalda.”
De Herida.
“El poder pasado
abre las carnes y nada de lo que ocupe, pida
prestado o robe, de
este taller, me dejará tranquilo.
DE LA QUE
sombra reflejo
similitud exacto y siempre un tanto menos para el
kilo,
oiré como lloras y
pides perdón, porque te falta una pausa
te falta un abismo”.
De Jorge García
Bastías.
Y bajo esta premisa y con el ojo avizor, los seres, los
pronombres pierden su individualidad:
“y luego así como
suele suceder su memoria les arrebatará
sus mayores
significados girarán en sí mismos convencidos como
su tierra de
orígenes me mirarán sin reconocerme y yo los protegeré
soy ustedes
susurraré azuzando los ingenios de su batalla y les
entregaré todo lo
que en ellos me queda”
De Dulce.
Y de pronto, nos encontramos
con un juego de lenguaje en que este se va deconstruyendo, diluyéndose en
juego consciente y atrevido, como en el poema Renuncia. Se puede dilucidar que nos encontramos por primera vez
con Antonio El Hipotálamo. La metáfora trasciende lo natural, ingresándonos de
su mano a otra dimensión la cosmovisión se concreta y se vuelve formidable. Renuncia es la puerta.
El juego musical de las
palabras hermanadas y las separadas por el verso, la aliteración. El pulso del
poemario se torna una búsqueda insaciable por fijar sus espacios en lo poético.
La supresión o cambio de letras originando no un neologismo sino un ambiente
propio dentro de la composición lírica.
“Dónde debo buscarte, una vez cerrados los étalos.
Cada luna, cada sol hembra: anillo hierbólico
del caos que aseguramos haber obtenido desués de la siembra del
cosmos,
recogerá sus brazos y con ellos
el movimiento anquilosado, la certeza.”
Bonzo érez huyendo de espalda al templo.
“paredogmas fermas
enegmóticas”
Esbozo de química y retroceso.
(Neologismo o transformación de
“Paradigmas, formas enigmáticas”)
La disociación de voces, un juego de espejos, que es
siempre temerario pero más logrado, postula a conquistar la natural curiosidad
del lector.
Hay cuatro composiciones con
el mismo nombre: Alpinista Crocket Escual. Que más que un texto en partes o en
evolución es más bien un ejercicio interesante en el manejo del sentido y el
verso.
A esta altura el pulso lírico
demuestra que entre las decisiones y los desacuerdos para que todo tenga
sentido, nada debe tenerlo.
“Ahora que estás lejos y tu
peso ya no me abandona, dejaré de
escribirte como si fueras
mujer, dejaré de negociar mis silencios y
abordaré otra causa. Por mis
demonios, por mis acciones. Por lo que
viene y no es posible cruzar o
detener.”
Fotografía y puente.
“¿Cuántos cuervos produce el agua?
¿Cuántos lobos tiene el cuento?
Prometo subir la piedra
prometo perder la guerra
herrero sin herramientas abandono
martillo con rocas la metalurgia de las estrellas”
Cocaína.
Todo acto debe y puede ser una
conquista del lenguaje, miles de conquistas:
“¡Porque el espejo es otra conquista del lenguaje! porque la palabra lo
dice: hacerlo.”
Hacerlo con la nitidez de las palabras que se alejan.
Los versos que terminan en un monosílabo,
que embellecen el ritmo lejos de dejarlo cojeando en la musicalidad completa de
la obra poética de García:
“en la quinta cuerda de tus vocales
rompiéndome en tus ojos,
juntándome, vértebras costillas,
cerrándome los ángulos y los años que la luna vertical me permite
en la séptima de tu canto, hambre. Tú.”
Antonio, no solo Asterionez.
Textos sin puntuación y
concebido en un ritmo delirante:
“el blue del control te preparó una escalera y pareció caíste sin
cuidado
sin la antología de conocidos que llevaron tus palabras como si
fueran bolsillos llenos de pelusas sin saber que en sus hombros tuvo
lugar una pirámide en sus manos faldalones humánidos de la tradición
la humedad etapa primera ecdisis al tacto que te habitó una
vez que te mordieran los sauros en su lectura insensatos escribas de
la época posmo y tú una raíz que no paga impuesto(…)”
Sí, si.
Y el juego de las faltas de ortografía
intencionadas en un mar de ritmo sincopado, como para no perder la atención del
lector.
En el fondo, la sed insaciable
de García por el rupturismo, sus heterónimos desbocados, nos van envolviendo en los conjuros, formulas y rituales del
abandono. En síntesis, como la forma busca retratar la soledad derivada de las decisiones:
“No son las cajas de cartón, equivocadas en sus repeticiones verticales,
ni los alfileres, el taller de la esquina; el dulzor hiriente de la
madera
y la tierra abusada por el barro. No son, las necesidades de la fruta
madura: el recuerdo y su pulpa abandonada por la empresa del día
a día. No son las aventuras que sembraste ni los barrotes flexibles de
la selva. No son los vidrios que agotaron tu paciencia y tampoco, en
definitiva, las páginas blancas que cometieron tus errores.”
Noviembre.
El poeta nos entrega una
realidad al límite de lo irreal, donde se tergiversa parte del orden
establecido tras una mirada fresca, sin lazo alguno con vicios comprobados dentro de la poesía. La
cosmovisión propia o al menos la búsqueda incansable para definir la misma es una tarea saldada.
Mención especial tiene Sustitución
y qué; este poema busca crear un vértigo de palabras que van asolando el
sentido común, la belleza de un sentir que se percibe auténtico y a ratos compromete al lector en la misma línea, el poeta logra con su cadencia, el
trance necesario para que cada palabra sea asimilada por quien se someta al
texto prevenida o desprevenidamente.
Desentrañar cuál de los heterónimos
ha escrito cual o tal poema, es difícil descifrar, se pueden hacer alcances en
la forma y en el fondo, pero llega un instante en la lectura que se prefiere
continuar y disfrutar de la lectura y no detenerse a descifrar cuál de los dos
poetas se está dirigiendo verso a verso en un obstinado esfuerzo coloquial con
el objeto de su deseo. Llámese musa, llámese "interlocutor válido"
impreciso, universal. Tod@s.
Mahomenos, quizás el nombre
deriva entre quien de los heterónomos se
disputa la psique del poeta García. Altamente recomendable.
Mahomenos 2015, Editorial
Siempra, Santiago.
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