La Escafandra 1 fue una revistilla o lo que podría decirse un "fanzine", aunque la utilización del término es imprecisa, que apareció en Noviembre de 1995 en el seno del Círculo de Artes Manuel Durán Díaz que se aprontaba a la Feria del Libro de Antofagasta, aunque no era una publicación "oficial" de esta institución, era parte de la misma, su génesis fue algo conflictiva. Además el Círculo como agrupación publicaría, para la misma instancia, otra "fanzine" que llevaría el nombre de "DOS" en aquel entonces dirigido por Boris Leyton Álvarez, pintor y poeta, prometía y así cumplió a pesar de lo precario de los insumos, ser de buena factura gráfica.
Debemos recordar que corría el año 95, que el internet, los celulares, no se masificaban aún, que no existían las cámaras digitales, que el sistema operativo que se utilizaba generalmente era el Windows 3.1.11 o algo por el estilo.
Dadas las incomodidades enunciadas era un “gran” logro reunir artistas que quisieran participar en la Escafandra 1 y en la revista Dos, pero ambas vieron la luz para la ocasión, de partida el Círculo no tenía designado stand en la feria, emplazada en la explanada de la Biblioteca Municipal de Antofagasta, a lo que los jóvenes, cuya edad mediaba entre los 18 y 30 años procedieron a tomar un espacio, el cual ornamentaron como si de un patio de casa se tratara, una batea, cordeles para colgar ropa , perros con los cuales se colgaban las publicaciones, la infaltable “pelela” y otros artilugios menos “decorosos”. La permanencia, digamos que no fue… muy pacífica. Pero las revistas se vendían y la agrupación tendría un espacio importante en los eventos de la Feria, contarían con un recital poético.
Dicho evento provocó estupor y reacciones adversas en el resto de las instituciones y stands, los poetas habían inaugurado el recital con un alarido proferido por Cristhian Huerta que había espantado además de la concurrencia a toda la población palomar de la manzana circundante. Se dio inicio así al recitan que tenía como música de fondo el tema de Kraftwerk Boing Boom tschak del álbum Electric Café, el presentador estaba ataviado de un chaquetón de cuero negro y amplias dimensiones, un casco de bombero color aluminio y una mascarilla de gases.
Testigos mencionaron que las hermanitas del Stand de las “Ediciones Paulinas” comenzaron a rezar por las almas de esos poetas jóvenes, se les agradece la misericordia. Cada artista subía a la tarima y leía sobre un cómodo asiento, un excusado, mejor conocido como, una “taza del water”, la participación fue bullada por lo rupturista y no faltó la beata o beato, que satanizó dicha manifestación. Días después aparece en la sección de Cartas al Director del Mercurio de Antofagasta, una denuncia de esta “infernal intervención”.
La temática de los poetas que recitaron, abarcaba lo universal en contraposición a temas pampinos y desérticos baluarte de la generalidad de otras agrupaciones literarias de la región, se hacía con irreverencia, realismo y texturas antipoéticas, temas sociales, sexuales y espirituales eran tratados con total despreocupación y un desplante rayano en lo insolente.
La asistencia “opositora” la encarnó Carlos Cañas quien se sentó en el suelo sobre un cojín de satín rojo y bordes dorados… “muy barroco” de acuerdo a su opinión.
Pero toda esta sinopsis histórica es para sólo graficar en lo que estuvo envuelto el surgimiento de la publicación materia de este comentario. Importante es mencionar quienes participaron en la Escafandra 1; Álvaro López Bustamante, Cristhian Huerta B., Mónica Plaza Díaz, Milko Cepeda Guerra, Ernesto Espinoza Illanes, Raúl Torres Olea (Bloke), Daniela Pereira Fernández, Sandra Guerrero,Boris Leyton Alvarez, Axolotl y Devonshire. La mayoría de los mencionados fueron guiados y formados en el oficio por Eduardo Díaz Espinoza.
Los dos números se publicaron simultáneamente. Gran parte de su tirada fue vendida en la Feria, junto a ejemplares de Aquelarre (alquelaagarre), libro antológico publicado a fines del año 1993.
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