(trece)
-Ariadna-
y los etéreos
caminos y laberintos
Juegas a la parca
cortando el hilo
lo arrojas y
encegueces al cielo
Y desploma
el filo sobre
mil finales
escritos
Hay silencio:
Nada rescata
la fe si está
adherida
a la muerte de
tus imágenes
Ariadna en el laberinto
me susurra al oído
los versos
que abandonamos
en nuestra infancia
Se abrieron los arcos
de la noche
y los ávidos caminos
del espíritu
y no estamos
Quizás en tus memorias
en las alas de mariposa
que llevas a cuestas
quizás
Señora de mil laberintos
dejes que se abran
los abismos
y olvidemos ser
un sueño
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