¿Dónde me llevas, arte mío,
a qué remoto
desértico territorio
de repente me arrojas?
¿A qué paraíso de salud,
de luz y libertad,
arte, mediante hechizo me escoltas?
¿Mío? no es mío este arte,
lo practico, lo afino,
le abro las reservas
humanas del dolor,
divino de ardor
me provee
y de contemplación
cuando en él me hundo.
¡Oh mi indescifrable condición,
mi insostenible encarnación!
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