miércoles, enero 12, 2011
POETAS, POETISAS, POETASTROS, POETUZOS, POBRETAS, POETILLAS, POETAZAS Y POETUDOS
Hay diversas clases de poetas. La manera de diferenciarlos va desde la mítica figura de “el muchacho de los ojos tristes”, el “caballero de la triste figura”, el místico del pueblo, el hombre profundo y misterioso, hasta desembocar en el loco del pueblo. Creo que en la república de Platón ya se sugería un exilio masivo de estos personajes.
En mi vida he visto de todo en la comunidad poética: empezando por el viejo poeta que parece cargar con sus años en la espalda y leyendo por más de una década los mismos versitos que le dieron una mediana consagración y que se dedicó a vender libros de viejos.
El poeta juez de letras, sesudo, con estilo correcto verso tras verso que le parecía un pecado tener este rol y vivía en las sombras del arte. El poeta que trabajaba duro , día a día que sabe un y mil “trucos” tejiendo y destejiendo un poema año tras año. Está el que sencillamente cree ser el “Mozart” de las odas y no aplica el oficio en sus letras. Otro se desgañita en el escenario desnudándose el torso, para qué hablar de aquel que se arrojó ácido muriático o soda caustica y se masturbó en público. Está también el incomprendido por los poetas de más edad y que con su muerte es editado dejando la trascendencia de su obra. Está el poeta que gusta de trabajar bajo cuerda , también el que cree que la poesía es religión, promoviéndola con un respeto bordeando en el dogma. El poeta crítico que es como el vino, hay vinos buenos que envejecen y se tornan malos añejos, hay otros que no son buenos y que el transcurso del tiempo los transforma en excelentes vinagres. Está el académico, aquel que genera buena literatura, que la difunde, que la empuja, que la incentiva con editoriales, con talleres, en suma: con inteligencia. Encontramos el poeta solidario con todos con la bondad a flor de labios. El poeta joven, el poeta rebelde, el poeta que detesta la clasificación de poetas mayores y menores. El experimentado, el novato, el campechano: la mayoría ebrios. Y el burlista… según un conocido, resulta un familiar cercano de un antipoeta. Todos humanos, todos con pecados con sus grandezas y sus pequeñeces, dignos e indignos.
Pero hay un tipo dentro de esta raza clasificable, pesable, medible y que resulta defectuoso, alguien que a la vista de todos los cánones éticos y no éticos reúne en su currículo vital una serie de detalles que a decir lo menos son reprochables. Aquel que proveniente de humilde cuna cree ser digno de algo mejor, casi por sobre todos, aquel que desprecia su ciudad natal, que aspira a lugares más amplios, más culturales un país desarrollado donde su espíritu y su bella persona pertenecen por derecho propio. Que los demás no tienen talento ( a pesar que su obra adolece de innumerables errores morfosintácticos), lee con ” faltas de ortografía” (más allá de la ironía, resulta penosamente cierto), pero se remonta , en base a sus comentarios a la altura de poetisas que han ganado el Nobel (estéticamente similar), los demás son aduladores sin talento, incluso su séquito, que si se le critica es porque se le tiene envidia o son nazis y judíos en un juego de rol donde todo rota según el papel que te determine el observador, o eres nazi o eres judío y un cúmulo de imágenes faustas e infaustas que acusan un infantilismo limítrofe que llama a risa. Caso para el DSM-IV (disculpen el tecnicismo).
El autobombo no es criticable. Es una opción dentro del avatar poético, el sobajear la espalda a poetas con trayectorias más logradas, integrando instituciones , haciendo el papel de “tonto útil” ( concepto muy de dictadura militar), siendo simpática y “humilde” generando un negocio de buenos dividendos, sobre todo si aquellos poetas “mayores” agasajados se ubican estratégicamente en jurados de concurso, todo sirve , todo para agendarse viaje tras viaje, se siente aceptada, olvidando que en Chile se quiere al amigo cuando es forastero, SOLO SI ESTA DE PASO. Hay que aclarar que hay poetas que detestan viajar, que si reclaman por tal o cual comitiva es por su legitimidad y trayectoria y no por su paso en el comité de selección o por secretaría.
El autobombo no es reprochable. Sabella usó y abusó de este noble mecanismo , y es poeta de la región, del Norte Grande, aunque debo confesar que me extrañó ver una antología de poetas hispanoamericanos desde la edad media hasta 1960 más menos , de editorial Aguilar en esa hojitas de Biblia delgaditas y multipropósito, donde aparecían grandes poetas como Díaz Casanueva y grandes ausentes como Nicanor Parra, pero aparecía “nuestro” Andrés Sabella. La calidad no se discute, no llegó por nada a su sitial. Qué se creen…
A este tipo de poetas, no a Sabella, por favor; sino al de este artículo, le puede parecer que poetas como Rosamel del Valle , Eduardo LLanos , Almafuerte ( si es que le conoce) Dinko Pavlov , Urtaza y otros que no suenan tanto pero de una calidad sobre la media y a veces superiores a otros sólo posesionados por la fama y el qué hacer social, son meros aduladores sin aptitud. En fin, estimo que el correlativo del talento es la humildad a toda prueba, lo demás como dice la biblia , viene por añadidura.
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por MONO HOSTIL
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