martes, mayo 17, 2011
QUEJIDO DEL HOMBRE SOLTERO por PABLO DE ROKHA
—. . . ¿A dónde voy? . . . ¡Socorro! ... ¿A dónde voy? ... ¿a
dónde voy?. . . El crepúsculo hiede a muerto —¡el ataúd del sol, lleno
de rosas y terrores, viaja por lo infinito!—; la obscuridad, como araña gigante, colgó su tela de lluvias sin agua y triste olvido sobre el dolor unánime; el miedo, can escuálido, aulla torpemente a la memoria del día, las montañas tienen los ojos llovidos de lágrimas, y el último silencio viene andando en puntillas por la soledad infinita del mundo; ¡oh corazón!, el techo errante de mi alma cruje, las vigas se caen encima de las vigas y en los ancianos muros crecen las llamas del incendio enorme, lo mismo que yerbas:llueve horror y ceniza, amargura de invierno y polvo, ruinas, moho arriba de mis angustias; ¡oh corazón!, ¡oh corazón!, el puñetazo azul de la tristeza me hiere el rostro del rostro del entendimiento y sospecho que comprendo el por qué de toda la sombra.
Andar al tranco, andar, andar, andar, tranquear funesto, ruin, melancólico de buey herido, y ver, temblando, el universo ahí, a horcajadas sobre el vacío, cayéndose, trastabillando al compás de sus cascabeles, amorfo y sin sentido, sin sentido, temblón y doloroso, doloroso y temblón, individuo muy enfermito que viene saliendo de hospital bajo un gran invierno de sangre, a la hora siniestra de la caída de las hojas.
Dinámico y dramático querría ser y querría ser dionisiaco equilibrista sobre el arco valiente de la tragedia y pastor de ilusiones en los campos azules, divinos, distantes de la luna; y, sin embargo, ya me crece el pasto
en la lengua, ya me crece el pasto en la lengua y al borde de las tumbas
abstractas del espíritu, derruidas; cosa con gestos de hombre, cosa, cosa
con gestos de hombre, seguía el rumbo del azar, el lluvioso horizonte de mi
destino, y he ahí que un cadáver me clavó los ojos y perdí el ritmo de las
cosas profundas, pues ahora no recuerdo a nadie.
A la sociedad de la multitud cruzo la vía pública, casa de orates y
hospicio universal; a las 3 P. M. fui al Club; más tarde dialogué con los
amigos y al tornar a casa no sabía qué hacer del qué hacer, por lo cual dije
a mis padres; "¿qué sucede?... ¿nada?, ¡pues, algo va a suceder a la
faz de la tierra!".
Enemistad, nocturna enemistad del hombre, actitud extranjera y ausente de las cosas, turbo ir y venir el de este animal ácido que habla boqueando. boqueando, boqueando tontamente; estamos solos, —¿verdad, corazón?...—, el mundo es un inmenso día de lluvia helado, funeral y monótono; soledad con esquinas y triángulos hirientes, soledad, soledad absoluta,
vil soledad espantosa!.... ni una pulsación cálida sobre el fatal cementerio,
el fatal cementerio, el fatal cementerio del globo, gris perspectiva de muerte,
montañas de ceniza contra montañas de ceniza, anchos mares largos de huesos calcinados, árboles amarillos que crujen y crujen y crujen crujiendo y
se quejan tiritando como esqueletos borrachos sobre los cuatro horizontes
de humo del pozo de angustias, terror, humedad, dolor, espantos lamentables como hospicios, espantos lamentables, atardecer del alma siniestro, ocaso soledad, soledad absoluta, vil soledad espantosa!..., torpe y sin dientes como culebra.
Las palabras se caen de mis manos y el dolor de mi lengua; voy desapareciendo; y las carcomas hacen nido sobre el traje de angustias que cubre
mis huesos...
.. . Nombres, sonidos, nombres y gestos hay aquí, y ¡cuán extraños,
cuán extraños, cuán extraños me parecenf; las apariencias, ¿significan algo
las apariencias?; y los fenómenos, ¿tienen sentido y verdad, sentido y verdad, y existiremos, realmente existiremos, tú y yo?
Al formular conceptos se ríen los gusanos en el centro del mundo; a
días lúgubres, turbias, siniestras, malas tardes; el hombre, ¿qué es?, ¡qué
es!, ¿¡qué es!?, pues mirando sin pupilas decimos: ¡pan!, sin intuir nada;
nacen el hombre idiota y 3a mujer enferma; el ilanto oscureció los caminos
de antes y apaga tristemente los vagos espantos blancos del entendimiento.
Enyugados a la fatalidad, hemos de ir arrastrando el carretón herido
y antiguo de "la pálida muerte" por encima de los precipicios, culminando
las altas cumbres sobre las altas cumbres lívidas; hundid la cara en los crepúsculos buscando a Dios y tornaréis ensangrentados con la sucia, hedionda sangre del hombre... la vida es Bolsa de Comercio y el hombre, el
hombre letra a noventa días, por lo cual, ¿cuál es la verdad?, si a un lado
están los juicios y a un lado están las cosas, ¿cuál es la verdad?. ..
Los mendigos desenrrollaban sus canciones patibularias y alguien gritó: ¿qué dicen?...", no entiendo, oigo, veo, y no entiendo, no entiendo";
en verdad, yo tampoco entiendo; ¿quién entiende a quién?, ¿quién entiende a
quién?, ¿quién entiende a quién?..., ¿entonces?
El dolor nos retrata como un lago enorme, la dolorosa figura del
poeta se hunde en su profundidad, la angustia nos prolonga hasta los cielos
cóncavos que duermen al fondo del dolor, tal como al fondo de los lagos el
gran azul que ven las criaturas, dolor es sangre de sangre y luz, sufrir es
limitar y saber algo,
Hay hojas difuntas sobre los cráneos inminentes, goteras de muerte
podrida en muerte me roen el cerebro gota a gota y desde los efímeros planetas caen seres absurdos: sapos de triple dentadura, esqueletos con cola
de anfibios o con cola de retratos y fetos con cara de bruja y píes velludos,
moscas que vienen tocando el acordeón del aire, viejas en forma de ataúd-ataúd-ataúd y viejos hombres disfrazados de tristezas que parecen conocimientos.. . ¡horror!. ... el mundo, como un traje usado, se volvió del revés;
¡horror!. .., ¡horror!. . .. ¡horror!..., su significación perdura, el mundo da lo
mismo al revés o ai derecho.
Doliente sol de tarde, mis trancos definen y tallan el final de un
sueño en la tierra; soy aborto de civilizaciones cansadas y épocas en crisis,
recipiente de errores podridos hacia errores podridos contra errores podridos, engendro de miserable clase trashumante y pueblos aun informes; gravitan en mi anhelo todos ios malos síntomas del atardecer de un siglo y
mil fetos de soles embrionarios; condenso el fatal pesimismo de diecinueve
centurias de años idiotas y católicos, neutros, borrachos, locos y una mentira local ya madurar días de transición son éstos; las antiguas verdades se
pudren como los duraznos otoñales y comenzamos la era actual, los valores viejos no se expenden hoy en los mercados de la tierra y es preciso inventar ilusiones modernas y hombres-máquinas; el aeroplano que muere,
que muere y no canta, la telegrafía sin hilos, los rascacielos cuyas sienes
están coronadas de celestes ruidos atmosféricos, el electrón, raíz del individuo incognoscible y flor de la substancia. Pío Baroja y Bergson, el automóvil
sonante, mecánico y mesiánico, musical como los exámetros de Píndaro, la
"Sociedad de Naciones", Yanquilandia, el divorcio con indemnización, el
socialismo, el masoquismo, el anarquismo, la escopeta-sardina-vacuna, la inocencia, Nietzsche, el iluminado alemán, y Mauricio Maeterlinck,
la enfermedad del piojo errante y la belleza hindú, los edificios de cemento
armado con su aureola de mercaderes y comerciantes y sus agujas libres
entre los libres, con ¡a libertad libre más allá de las golondrinas y los boticarios y los poetastros y los diputados, Dios, la diarrea y las luces absurdas de la teología, ardiendo, ardiendo en las montañas .
.Doliente sol de tarde, doliente sol de tarde. . .
—Criada, vas al campo tú, ¿y a qué córtate la lengua, infeliz,
el gesto pastoril ha muerto y ha muerto la actitud rubia de los campos que
no interesa al hombre de hoy, el humo oliente a pan cocido al horno, como en
las églogas, el humo, el humo aquel que asciende, rayando el sol, sobre las
tejas húmedas perdió su poesía. Virgilio es simple moneda de cobre y en
tales siglos predomina el pálido oro pálido; ¡viñas, sembrados, huertas, viñas, sembrados, huertas, romerales en frio»... durazneros como niñas de
quince setiembres, labores castas y santas de la tierra: arar e ir lloviendo el
grano ilustre sobre los surcos morenos, levantarse al alba e ir mirando, mirando, e ir mirando cómo crece el fréjol, la patata, el maíz, y, a mediados de
abril, cosechar y comerciar los frutos admirables que dan comida. . . hombres
sencillos, fuertes, honestos o pacíficos, bestias de labranza, buenas bestias
de labranza, eminentes, paz de trigales oceánicos y chacras potentes; vida
rural coronada de vida rural, vida rural higiénica y enorme, humilde voz
agrícola, el vinagre demoníaco de la ciudad calcinó las alamedas, las hortalizas, los anchos viñedos de tus atardeceres agrarios e inyectó a la tierra
pus y sífilis!. . . —¡niña de la campiña, tus ideales son cuentos de vieja y
tú estás vieja, cuentos de vieja, abandona tu rancho agreste en la majada....
¿lloras?.. . y se ramera!. .. campesina, los campos murieron!, . .
Desde los subterráneos de mi corazón, a setenta distancias .sobre la
humanidad, yo maldigo la vida, porque soy malo y bueno, y no soy nada, nada, nada; mis pasiones, nidos de serpientes, mis cantares, pozos de dolores; sobre ei fracaso estéril, inútil de mi vida estridente, los inviernos lloran y al sonreír, el otoño camina sobre la sonrisa con su escarpín de terciopelo errante y amarillo; mis dias son ocasos de julio, lamentables ocasos
lamentables; desde mi cara caen las hojas marchitas, y mi corazón, ¡oh!, mi
corazón es grande y vil campana con el péndulo roto, sonando en la inutilidad inútil de la belleza inútil.
Juventud sin juventud y llena de precoces canas, lluviosa juventud:
dormir sobre la panza pública de las prostitutas y enflaquecer pensando entre
atados de libros y libros y libros, la enfermedad retórica, literatura y alcohol,
dispepsia, cansancio, aburrimiento y precoz pesimismo banal y literario,
miseria, lujuria, congoja, y triste, amarga, "pose" de poeta melancólico e
infame sabiduría; cuando sonríe el alba, venir dando traspiés, dando traspiés
camino del hogar polvoso, o boquear sobre el lecho vinagre y mustio, y,
atardeciendo, ladrar, ladrar, ladrar como ladrara el más podrido de los académicos.
He ahí mi cuerpo, yo no soy mi cuerpo, él está allí botado Lo mismo
que un mundo botado en io mismo que un mundo botado, y sobre su apariencia se desenvuelven los acontecimientos, las cosas externas de la vida,
el devenir de los fenómenos y el porvenir de los fenómenos en su realización; "yo soy el mundo"; y sobre mí han caído hacía el Poniente, (pueblo de fuego y alucinación), hasta un mil de atardeceres desde el día primero
—cuando, muerto el poeta, tornó a la nada el ritmo que fué antaño, la canción edificada con el recuerdo del hombre—; hay santas albas claras y crepúsculos sobre el gran cosmos enorme que es mi cuerpo, el cuerpo de aquel
que veis ahí, porque su radio que es el radío posible de ese cuerpo abarca
"los cuatro horizontes", y el total de los sucesos, donde el sol sale y se pone,
día a día, sobre él, a la hora acostumbrada y el dolor y las lluvias cansadas
hacen temblar los huesos, crujir las puertas; soplan vientos del Norte, del
Noreste y del Sur, ráfagas libres como tumbas y más dichosas que mujeres,
cuando un poste telefónico se cae sobre el auto N.° 13, y el chófer agoniza
cómodamente; 1, 2, 3 ciudadanos naufragan y como el mundo, exactamente como el mundo, oscuramente como el mundo, nutre las figuras de ayer y
hoy, pues las razas pasarán, y pasarán y pasarán sobre los hábitos del Génesis, los resuellos y las gigantes ondas-olas oceánicas que lo van cruzando; sudan los machos rotundos y las hembras abortan en los recodos de
sus vías; tantos niños juegan, tantos niños y tantas niñas que parece un patio escolar, pero los viejos, sentados a la sombra del hospicio, junto a las casas fúnebres, recuerdan lo absoluto; hay máquinas que rigen la acción de
innumerables poleas; un vértigo feliz, sonoro, vital aturde los oídos cuando
lo trágico curva los nervios, las casas, los cielos, las almas y el hombre
actual camina alucinado sobre el mundo deshecho, quebrado que parece mi
cuerpo; [he ahí que mi cuerpo es un mundo y sobre él suceden todas las
cosas del mundo contra todas las cosas del mundo!...
Errar cansada, largamente, estúpidamente, vagamente e ir rodando,
rodando, rodando como rueda de coche fúnebre, rodando, rodando, rodando, rodando, rodando, rodando... medir a grandes zancadas La ciudad,
los barrios mediocres, otoñales, burgueses, el arrabal hediondo a tristeza,
cuna de atardeceres horribles, meretrices estúpidas que parecen meretrices estúpidas, criminales, vagabundos delincuentes y tahúres, mendigos
y borrachos, estafadores pálidos de faz patológica, tontos con las piernas tendidas al sol de los inviernos, vida pobre, pobre vida pobre, fatigas
y hambre, enfermedad, ociosidad, fatalidad —y arrastrar siempre,
siempre, un horror natural, consuetudinario y ácido como los domingos
de Talca,
...¡tumbas, tumbas, tumbas! ¿me voy pudriendo ya?.,.,
¡huelo a difunto diciendo que huelo a difunto!... ¡tufos de muerte de tufos
de muerte de tufos de muerte azotan mis órganos, mi cadáver se está pudriendo sobre mi cadáver que se está pudriendo indudablemente!. . . mis
pies son como ganchos o como sacos de árbol y no me pertenecen, andan
solos, y van tropezando conmigo, van tropezando conmigo... —Pablo de Rokha, ¿cuál es tu nombre?, porque ¿cuál es tu nombre?,..! ...
¡Mujer, no te conozco!... huyes, te deshaces, flor de sol, te disuelves en la humanidad; el desamparo crece, gravita, crece y va surgiendo
desde Jas casas vecinas como un atardecer y como un amanecer "lluvioso"; niña, mi niña, niña, no me entregues solo, solo, solo a la soledad de las
cosas!... I
¿En dónde están mis ojos?. .. ¡he perdido los ojos cuando he perdido
los ojos!.,, camino a tientas resbalando sobre los planos oblicuos de la
nada y, al apoyar mis manos en los muros absurdos de horribles piedras
fúnebres, el animal nocturno del terror me desgarra los huesos contra los
huesos de los huesos; monstruos de sangre helada, pulpos, serpientes, sapos, ¡oh! sombríos entes malditos, ranas de lo infinito, vacas de lo absoluto..., pero bestias como de barromar!...
Crujidos de crujidos de crujidos, roer de ratones que roen ratones y
la mecánica osamenta de mi voz; mis cantos son monstruosos, fabulosos,
polvorosos y horribles tallos de flores infames: anémonas que cuajasen fetos y espeluznantes mandrágoras horripilantes, aserrando pupilas de asesinos, violetas con olor a cadaverina, rosas verdes de verdes y repletas de
pus, acerbas de pus, inmensas de pus, lirios enfermos de sífilis, ¡enormes
pensamientos que parecen arañas con ojos de hiena o buitre y asqueroso
vientre de mujeres malas!.. . y mi actitud emerge hacia el hombre como un
gran catafalco al que viniesen alumbrando de alumbrados desde lo infinito
los cuatro puntos cardinales, tal como cuatro cirios mortuorios, tristisísimos y
errantes... —¡madre, no me mires asustada cuando no me mires entonces,
y los llantos y las moscas crujan, como hojas secas entre la vida y yo
y los llantos y las moscas! (. .. los llantos y las moscas. . .).
Vivir a oscuras un minuto en los tiempos; y ¡oh!, mañana hacerse na-
da en la nada nada de la nada; sepulcros que se caen y memorias tristes,
cosas de sombras y agua sonante, tierra... ¡y no tornar, nunca, nunca,
nunca en las épocas a ser el mismo, el mismo, aquel que éramos antes,
nunca!. ..!...!...
¿Qué es lo que es?, y, ¿cuándo era yo mismo?, ¿cuándo era yo mis-
mo?, ayer u hoy, ¿cuál es el instante en que "yo soy yo"?.,.!...!... ja-
más sentí mi alma, ¿en dónde está mi alma?, porque ¿en dónde está mi alma?
y ¿de quién es mi alma?.,.?,.,?... ayer u hoy..,
¡Inutilidad, sorda inutilidad de ser torvo horror, torvo horror, torvo
horror a la caída, miedo con espanto de lo infinito, miedo!... ¡y sobre el can-
sancio animal de los huesos el vacío elemental en el elemental vacío que
hace muecas enormes y se ignora a sí mismo, e ir viviendo!.,.
—¿Quién anda?... el gusano, el gusano anda y anda y anda, él, el
gusano final, tremendo, frió, macabro, anda por mi organismo en descomposición; y, mientras yo duermo tendido al sol que enciende las estrellas y
calcina los mundos, mientras yo duermo, é!, él, el gusano asciende a la
cúpula social de la cabeza o desciende a! abdomen en desorden, arrastrando en su eterno errar la gris sabiduría de los hombres; mi espíritu está triste y sobre mis carnes deshechas los insectos pululan olfateándome; el mediodía colosal me hace fermentar como un mundo, pues, atardeciendo, cuando ya torno al cubil, me contaré filosóficamente; "¡bah, por algo se pudre uno! "
Oigo crujir mis huesos, madre mía, madre mía, oigo crujir mis huesos,
crujen las bestias, crujen las plantas, crujen las cosas, y voy a morir; mi
sangre, ya cansada, desemboca en la muerte; ¡oigo crujir mis huesos porque
oigo crujir mis huesos, como parrones rotos!. , . cuando el cuarto errante va
poniéndose rojo, rojos los silencios, rojas las palabras..., ¿es mi sangre, sí
es la sangre del crepúsculo mi sangre?.. . ¿por qué ladran tanto ladran los
perros?... ¡y las moscas!...—... ¡espanten las moscas!-.., esas fúnebres
moscas que sonríen: run. run, run, ahí adentro, ahí... —run, run, run...,
run. run, run... (—¿ha venido el sepulturero?...).
En septiembre, cuando el público se alegra alegremente de ser público, declaman los zorzales, los poetas, los camiones y las diucas agrarias,
juegan las golondrinas en los patios augustos del cielo, como niños, y los
sencillos asnos filosóficos rebuznan saboreando la maravilla de los pastos
húmedos, florecen los rosados durazneros, las piedras y las casas ruinosas,
y las montañas sacratísimas de Chile son columpios que mecen lo infinito y
canciones inmensas... yo, tapándome la cara, lloro a gritos, como un día
de invierno, lloro a gritos, tapándome la cara con mi paño de lágrimas, que
es un poncho enorme de cuero de perro!...
Suerte, mala suerte, mala, mala, mala suerte, tonel del tonel del sufrir cuotidiano; hoy el traje está lluvioso y como polvoso y el gozo de existir hueco en el hueco de lo apolillado: ¡oh! ¡antiguo espectáculo del mundo! ... pasan los carros mortuorios rechinando cansadamente bajo un gran
resplandor de dolores; y las esposas parece que pariesen arañándose las
entrañas contra los hombres "maduros y tristes".. , —¿qué te sucede que la
tragedia relampaguea en tu cabeza?...
Un pobre diablo contra un pobre diablo y un genio terrible y horrible, insinuación de algo posible, árbol que fué creciendo, creciendo, creciendo... y se rompió la sien en las estrellas, y casa a medio terminar... (¡es
tarde y noche ya de sentirse Dios!... [... !...).
—¡Ven y nos lanzamos despavoridos a la soledad!... El universo se
derrumba incendiándose, la hoguera lame el vestido azul del cielo y el aire
insano, quieto, amargo hiede a carnes quemadas. .. .vámonos a vivir fuera del mundo y conduzcan los nuestros hijos nuestros, como en los antiguos
tiempos, la augusta vejez de sus padres.
Está lloviendo en lo lejos de allá lejos y de acá lejos, sobre la tierra
repleta de las casas vacías del hombre que digiere junto a su marrana...
yo quiero morir por la alegría completamente espantosa de hacerse fuerza
y luz de luz de luz simple y cósmica y arder un mil de edades solitariamente, a la hora en que caen las hojas viajeras "ayer tarde veía llorar
a Dios"... hoy voy por la ciudad sin rumbo y solo y sin rumbo o chocando
con los vehículos y las gentes en coches de posta que parecen coches de posta o catres de posta, automóviles y lacayos, rameras-escope te ras como corriendo sin saber a quienquiera parte, por la misma razón por la cual hoy
voy por la ciudad sin rumbo, solo, sin rumbo yo... ... yo quiero "morir"!.,.?.,, el bien y el mal son gestos humanos y albas vírgenes, divinas, dulces, divinas madrugadas con pájaros alegres y flores cargadas de
amaneceres, árboles y ruidos, árboles y nidos de mar o son sepulcros;
¿qué me importáis a mí vosotros contra vosotros?., si es grande y grande y grande mi dolor y la carne maldita aulla cuando me arrodillo a tus
pies, ¡oh universo!... ¡yo quiero morir, yo quiero morir!... frente al dolor humano, ¿qué parecen lo bello hermoso y la realidad?..., nada, ¡yo
quiero morir!
¿Estaré hablando yo mismo?, ¿yo mismo?, pienso y hablo como si
fuese otro, ¿quién soy ya mismo?.., Estos píes de estos pies y estas manos,
¿de quién son?... ?... ?... ¿quién es Pablo de Rokha?... ¡no conozco a
Pablo de Rokha! Pablo de Rokha ¡ah no me acuerdo...,
"caen las hojas viajeras", "caen las hojas viajeras", "llueve", sale el sol,
"Llueve", sale el sol, "llueve", sale el sol, maduran los frutos y va atardeciendo al aclarar... un millón, cien millones de millones, un millón de perros
me sigue ladrando, aullando, aullando, aullando, ladrando como si fueran hombres y una gran manada de canes horribles, sarnosos, asquerosos, zaparrastrosos, negros-negros, negros-negros, negros-negros me sigue, me sigue. , .
mientras yo voy pensando: ¡le siguen "los perros" a él. ..! ...! ...?..,
Etiquetas:
Pablo de ROKHA,
poesía nacional
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario