Abril de Gonzalo David, es una
nouvelle o una novela corta como quisieran llamarlas los puristas, mas acá hay
que hacer una serie de alcances, la obra en comento no es prosa propiamente
tal, se dice que la prosa no está sujeta a medida ni cadencia determinada como
la poesía en sus versos, por esa mezcla en que la prosa se impregnaba de
cadencias y velocidades no propias a la narrativa nace como un híbrido
bastardeado y muy discutible: la “prosa poética”. A David lo poeta le sobra, le
gobierna y embellece una realidad a través de formulas poéticas. El leer Abril
da razón a lo dicho.
El manejo de los ritmos e ideas
hacen de esta nouvelle una pieza singular donde las imágenes y conceptos y
personajes son entregados como una rápida ojeada desde el espíritu del
narrador, casi yerro al decir “yo poético” pero no es un error garrafal sino
casi un acierto, las imágenes se
van ordenando aleatoriamente con líneas de
narración distintas, con juicios de
valor, visión crítica y conclusiones muy
propias que dan un timbre de autenticidad al relato.
Hay momentos y a la postre en que el lector puede llegar a la sensación
de que el autor se sentó al costado con un vaso de cerveza en que nos conversó
una noche lluviosa en que un trago hacía bien para encontrar la calidez del
establecimiento y de una buena charla.
Críticamente , David entrega un
Chile gris y dominado con las miserias actuales que no son difíciles de ver y
atestiguar, una realidad que parece penetrar en el ADN de los personajes y del
narrador, esta sucesión de imágenes impregna el texto como si esa misma miseria
esa orfandad que viven muchos está entre el narrador y Abril.
Abril es una mujer como pocas,
con sus vaivenes con sus equilibrios precarios y desequilibrios nefastos, un
personaje postmoderno como los que abundan en películas independientes pero
ella es especial.
Lo del narrador amante de esta
mujer inasible inconstante, es el centro de toda la acción y de las
perspectivas de vida trunca, me recuerda ya en mis memorias añejas a un tango o
milonga, a uno que decía más o menos así: “La odian mis ojos, porque la
miraron, mis labios la odian porque la miraron, Si porqué me enseñaron a amar,
si al amarte mataba mi amor” duras y tristes palabras que a mi interpretación mueve
toda la narración, Freud decía a raíz de un caso como este: “ Lo más asombroso
para el observador es la tendencia,
exteriorizada en los amantes de este tipo, a “rescatar” a la amada. El hombre
está convencido de que ella lo necesita, de que sin él perdería todo apoyo
moral y rápidamente se perdería en un nivel lamentable”. Con estas dos ideas se
puede aquilatar lo que Gonzalo David nos entregó en sus páginas, un amor de
héroes y principiantes un amor casualmente herido e intencionalmente ciego.
Ahora la otra interpretación
sería la de una larga lamentación amorosa hacia esta mujer corporizada en las nubes del espíritu,
del amor y de la inmaterialidad de lo inalcanzable, como decía Beckett “Se llora por nada, por
llorar, por no reír. Y de a poco, una verdadera tristeza nos invade” ese es el
sentimiento que se desprende de este
nouvelle.
Una lectura ligera, un ritmo
vertiginoso una prosa poética, un manejo de imágenes certero. Una novela corta
muy recomendable.
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