domingo, abril 21, 2013
ERNESTO GUEVARA COMANDANTE NUESTRO por JOSE LEZAMA LIMA
Ceñido por la última prueba, piedra pelada de los
comienzos para oír las inauguraciones del verbo, la
muerte lo fue a buscar. Saltaba de chamusquina para
árbol, de aquileida caballo hablador para hamaca
donde la india, con su cántaro que coagula los sueños,
lo trae y lo lleva. Hombre de todos los comienzos,
de la última prueba, del quedarse con una sola
muerte, de particularizarse con la muerte, piedra
sobre piedra, piedra creciendo el fuego. La citas con
Tupac Amaru, las charreteras bolivarianas sobre la
plata del Potosí, le despertaron los comienzos, la fiebre,
los secretos de ir quedándose para siempre. Quiso
hacer de los Andes deshabitados, la casa de los secretos.
El huso de transcurso, el aceite amaneciendo,
el carbunclo trocándose en la sopa mágica. Lo que se
ocultaba y se dejaba ver era nada menos que el sol,
rodeado de medialunas incaicas, de sirena del séquito
de Viracocha, sirenas con sus grandes guitarras.
El medialuneroViracocha transformando las piedras
en guerreros y los guerreros en piedras. Levantando
por el sueño y las invocaciones a la ciudad de las
murallas y las armaduras. Nuevo Viracocha, de él se
esperaban todas las saetas de la posibilidad y ahora
se esperan todos los prodigios en la ensoñación.
Como Anfiareo, la muerte no interrumpe sus recuerdos.
La aristía, la protección en el combate, la
tuvo siempre a la hora de los gritos y la arreciada del
cuello, pero también la areteia, el sacrificio, el afán de
holocausto. El sacrificarse en la pirámide funeral, pero
antes dio las pruebas terribles de su tamaño para
transfiguración. Dondequiera que hay una piedra,
decía Nietzsche, hay una imagen.Y su imagen es uno
de los comienzos de los prodigios, del sembradío en
la piedra, es decir, el crecimiento tal como aparece en
las primeras teogonías, depositando la región de la
fuerza en el espacio vacío.
Etiquetas:
poesía universal
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