La cosmovisión poética de Paula
Becquer no puede separarse del espacio tiempo, en el fondo esta metafísica poética
explora en cada verso una faceta de la realidad cercana pero de tintes
individuales.
Su oficio es esmerado y se basa
en su mayoría en sentidos contrapuestos de los elementos comunes en una bella y
femenina retórica, hay una fuerza vital, enérgica y cotidiana, enmarcada en una
musicalidad propia.
Me fijo en la metafísica, algo
netamente filosófico, pero no por eso No-poético que se aplica perfectamente de
fondo y de forma, esto se mezcla de manera equilibrada con el pathos femenino
universal.
Estos son elementos y rasgos
dignos de tomar en cuenta pero lo que
define su arte poética es que la
musicalidad no se sacrifica en ningún lapso el ritmo en pos de utilizar alguna
imagen elaborada y muy definida, la lógica se casa con la belleza y lo cotidiano
con lo elevado del espíritu para generar la vox poética de Paula Becquer:
“Parecen voces que despistan los
inviernos
que llegan rojos de provisiones y
enredan la lengua
juzgando por partes la verdad y
enmudecen la mentira.
Vive de acentos que en la
inseguridad desata
son pausas de un lado indefinido
y sujetan el corazón en hilos
transparentes
envolviendo el porcentaje en
inquietas esperas
que lleva un nombre tras la
puerta.”
Las imágenes que marcan una preponderancia a
ubicarse en el espacio y amenaza por ser ubicua especialmente en el segundo
cuerpo de este libro: “Y ser pasajero del Aire”, una estructura distinta y
asombrosa dentro del plan completo de este libro, no se acostumbra a ver este
tipo de plan poético distinto que va más allá del título agrupando poemas
cortos de más de tres versos, porque en
realidad, hay un hilo conductor sutil e
inteligente entre cada una de los pequeñas estructuras que conforman y se
cuadran en un titulo mayor:
“DE SILENCIO
Desde el mundo
No llegan sugerencias del otro
frente.
Desde los murmullos inquietos
duendes se mueven fuera de la
inocencia
quizás para reírse más tarde de
la fragua de barro.
Desde otra mirada
Amén yo no dije por tu nombre, no
fui ángel
nunca grité en la caída.
Yo miraba desde el otro pantano.
Desde los impulsos
Dos o tres golpes inquisidores y
la exactitud sin reemplazo.
La voz no traspasa la simiente
y desde el correr del cuerpo
es peor no desencadenar errores.
Desde el Agua
No di tantas vueltas como la
sonrisa
como decir
que el rio no suena y que las
piedras quedan apartes del
mundo
que ya sabía de sentir en el
vientre.”
Ahora vayamos a lo predominante
en esta cosmovisión, la Metafísica y sus conceptos principales: el ser, la nada,
la existencia, el mundo, el espacio, Dios , la causalidad y el fin. Pero he
aquí que todo es visto con los ojos de una mujer que tiene el valor y la
capacidad de traducir en su verso la totalidad del universo y los sentimientos
que mueven la realidad humana, base de la poesía.
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