Publicada en La Opinión, Domingo 23 de Junio de 1935.
Yo no acierto a comprender, cómo es posible que, “Marginal a la
Antología", corolario transitorio a esa empresa más o menos infantil,
te haya obsequiado, Vicente Huidobro, “NUESTRO VIEJO AMIGO" la oportunidad de ponerte en ridículo DEFINITIVAMENTE y desenmascararte, si ello es posible, después de “Papá”, en donde te proclamas monumento y de toda tu obra.
Porque, francamente, donde tú, Huidobro, bailas la danza estupenda del oso del piamonte, y pisas el palito del pelele, es en aquellas líneas siniestras, escribías con toda la torpeza de tu
“¡GENIO!", que empiezan con el: "¡Mentira, mentira,:mentira!...” del ebrio a quien arrastran los carabineros, y terminan con la negra, y fea prédica grandilocuente del sacerdote; "Vas perdido en la noche de ti mismo, Pablo...”.
Si el infrascrito pudiera ser un canalla, cuánto le agradecería a "LA
OPINION” el haberte ofrecido un estrado para el payaso, y a mí, un
modesto y discreto asiento en la galería!
Insisten en declararme que no eres mi enemigo, Panit Istrati chileno, en circunstancias de que yo no he pensado jamás que tú, a quién yo estudio, accidentalmente, como caso de pequeño-gran burgués megalómano, hubieses hecho fabricar la "Antología” por enemistad para quien esto escribe, solamente, si no por oportunismo, rotunda y desenfadadamente, por oportunismo de arribista literario, que aprovecha y especula con los adolescentes, a los cuales tú declaras que acoges CON, LOS BRAZOS ABIERTOS.
Y agregas por ahí, queriendo herirme, ingenuo, que un amigote ha
dicho que la poesía dc Winétt de Rokha, mi mujer, es más fuerte que la mía. ¿Sería un amigo? ¿No sería algún inquilino de la Viña Santa Rita, que quiso vengarse en el gamonal primogénito de sus
explotadores?
Pero, es posible eso, y no desconozco tu perfecto derecho, Vicente, a tener amigos imbéciles de acuerdo con la ley de Goethe de la
“AFINIDADES ELECTIVAS" Y, ahora yo recuerdo, también, que uno de esos valores americanos que vegetan adentro de este facismo democrático del Sr. Alessandri, afirma que la poesía de Vicente Huidobro es la poesía de una señora idiota. Ya ves, Vicente, como no todos aplauden tus gracias de patroncito literato.
Sin embargo, no deseo yo entretenerme en destacar la banalidad
retórico-poética de la respuesta del autor de "Ecos del Alma".
Yo te he dicho, Vicente Huidobro que tu arte parece un PASTICHE es decir, un producto de farmacia, elaborado según las últimas
fórmulas de los cenáculos de París del año 10 al año 30, un calco,
un cliché, un tipo standard de artoide. Que aquel arte es el arte del
pequeño-gran burgués ocioso, millonario y viñatero, que se divierte
elaborando caligramas, CREACIONES y jeroglíficos, a costillas del inquilinaje de sus haciendas. Que, adentro de él y a pesar de él, se verifica la quebradura del régimen, la agonía capitalista, de la cual se desprende un dualismo interno, de carácter patológico, expresado en la pelea del bufón y el artista, del histrión y el poeta que coexisten en ti, Huidobro, con predominio de los complejos
histriónicos de tu histeria. Que, en consecuencia, la arritmia, es
decir, el tono falso, en falsete, es quien da el acento a tu obra. Y qúe ella, toda ella, es la bufonada típica, arquetípica de la burguesía
viajada, pretenciosa, refleja, que simula la fuerza, la salud racional,
el poderío, entre sus polillas y CREACIONISMOS.
Pero, yo me ocupé de ti, Vicente Huidobro, con una gran blandura,
pues yo podía haber recordado y recalcado, por ejemplo, la
tremenda bofetada con que te desenmascaró Pierre Reverdy en la
revista Creation publicada, dirigida financiada por ti, Huidobro. Y es que yo no le leo, Vicente Huidobro. Me interesan más tus maestros franceses aquellos a quienes tú imitas, (Apollinaire, Paul Eluard, Reverdy, Tristan Tzara y el Conde de Lautreamont), aquellos a quienes tú COPIAS Y PIAGIAS según tus críticos.
“El poeta es un pequeño Dios", dices en Arte Poética, y reiteras: “EL
poeta escucha a cada momento el eco de sus pasos en la eternidad”,
"la poesía es un desafío a la razón, pues ella es la super-razón", "El
poeta es el hombre que se siente en el Ser. Aquel que se presenta al
Universo, diciendo: te pertenezco porque me perteneces", “Es preciso creer en el arte como en un acto mágico, el más puro” “totem", etc., etc., etc... (Estética, Antología de la Poesía Chilena Nueva). Así te defines, "FREUDIANAMENTE" Huidobro como el tipo exacto y concreto del intelectual contrarrevolucionario de Lenin, y el místicoteomegalómano de Binet-Sanglé. Colocas el arte, por encima de las clases, ubicas, sitúas, planteas el arte más allá' de la lucha de clases, proclamas la calidad deífica y deística del poeta y afirmas su contenido religioso, lo endiosas, erigiéndolo al otro lado de la estructura económica y al otro lado de la super estructura artística, en el Dios del individualismo, “PROPIETARIO”, del Universo y de la sociedad humana, y en algunos de tus libritos firmas: VICENTE HUIDOBRO, POETA POR LA GRACIA DE DIOS. A nosotros, marxistas-leninistas-stalinistas, no nos sorprende. tu sistema de ideas burguesas, tu idealismo reaccionario, tu actitud mesiánica que cree "en el arte como en un acto mágico”, porque los compañeros y yo te conocemos bastante como un fascista literario. Ahora, a manera de ejemplo grotesco, de cómo te revuelcas inicuamente, en la tragedia proletaria, burlándote y riéndote de "la revolución de los humillados y los explotados sociales”, yo voy a citar tus palabras, fielmente tomadas de tu revista Ombligo, (Septiembre-1934); “Ombligo proclama el culto al Sol, Ombligo no cree en lo ilógico, Ombligo no cree en lo lógico, Ombligo sólo cree en Ombligo..Y por lo tanto en la Revolución Mundial"...
Toda la revista tiene ese tono CONFUSIONISTA de krumiro. Pero
todo eso responde a la ideología de quien se retrató, para el Zig-Zag, de frac, como un garzón del Crillón, a la orilla de Waldo Palma, en la Embajada Española, de quien escribe o paga para que escriban:
“Vicente Huidobro, he ahí lo nuevo debajo del Sol” y firma: THE
TIMES de quien dedica sus libros así: "a Pablo de Rokha, en la ruta
del Sol". Y ¿acaso no sonrió, alegremente, el proletariado CUANDO DESAFIASTE A DUELO, como un histrión cualquiera, ¡oh! mistificador impudente, a dos individuos con los que reñiste
verbalmente?...
Yo no pretendo servir aún a la revolución proletaria con toda la
grandeza y el heroísmo necesario. Pero, hay personas que me saben
sincero y honrado, aun entre tus amigos, por ejemplo, Volodia
TeiteIboim, que nos dedicó la “ANTOLOGIA DE POESIA CHILENA NUEVA”, así: PARA PABLO Y WINETT, QUE VIVEN ADENTRO DE LA POESÍA Y LA REVOLUCION, PARA LA PAREJA HUMANA, DOS VECES ADENTRO DE LO HEROICO; VOLODIA TEITELBOIM.
Tu actitud insidiosa de jesuita, discípulo de Cagliostro, por lo
desmesurada y atrabiliaria, resulta inocente, inocente como tus
poemas, inocente como tu persona, inocente como tus palabras y tu
estrategia; créeme, casi me da lástima tu estilo incoherente, que
ofende y retira la ofensa y ese tono francamente tonto de aristócrata
que da consejos; de tal manera que tú mismo, viejo amigo,
demasiado viejo amigo, tú, Vicente Huidobro, con tus cacareos de
espadachín en falencia, y tu dudosa hombría, te retratas en
aquellos versos tremendos que escribiste, precisamente, un poquito
antes de irte a comprar prestigio a Europa.
“Ese viejecito, que apenas se mueve,
es un veterano del setenta y nueve..."
A los hombres forjados como yo, Vicente Huidobro, en la tenaz
batalla contra los explotadores y los simuladores de tu clase social,
– la oligarquía hereditaria y terrateniente –, a los que nos ganamos
la comida, para nosotros y para nuestros hijos, a patadas con el
ambiente, no nos preocupan las tonterías de los gandules que viven
de la plusvalía, bisnietos de los encomenderos de la Colonia.
En fin, Vicente, voy a terminar esta carta, ya larga, con las palabras
encendidas y justicieras que te dedica el escritor peruano César
Moro, “Vicente Huidobro, el veterano del arribismo en América,
estafa desde un papelucho titulado “Ombligo”, la ignorancia y la
buena fe de sus admiradores (?). No es que esto sea novedad en el
viejo paladín del truco; su poesía (???) ha sido siempre el reflejo
terriblemente empobrecido de sus frecuentaciones literarias y de sus viñedos de Chile. Ahora que este contemporáneo de Cecile Sorel, sabe escoger sus textos, es menos retardatario que Neruda
plagiando a Tagore de grata recordación.
Vuestro Vicente, con una frescura que hace honor a su rancia
experiencia de ratón del movimiento literario moderno, la emprende esta vez nada menos que con el maravilloso texto: "Una Jirafa", de Luis Buñuel, publicado en; “Le Surreallisme Au service de la Revolution” (Nº 6 - 5 de Mayo de 1933). Texto altamente poético, del que el imitador de Pierre Reverdy, hace una lamentable parodia umbilical: “El árbol cn Cuarentena” (Ver "Ombligo”, Setiembre de 1934, SANTIAGO DE CHILE).
Huidobro se cubre actualmente con el resplandor que demasiado
piadosamente le prestan los jóvenes de Chile; no será esta treta de
mala ley la que nos impida señalarlo ante sus escasos seguidores
como un mediocre copista y nauseabundo fantoche literario, podrido mantenedor del confusionismo, única escuela de la que puede proclamarse mentor en cuarentena”. César Moro.
Con la hoz y el martillo, te saluda
PABLO DE ROKHA.
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