El Fútbol. El rey de los deportes,
pasión de multitudes, qué se puede decir que ya no se haya dicho de esta
manifestación humana que corre y golea tangencialmente a la sociedad mundial.
Su relación con la literatura es casi tan antigua como su origen. De esto no
divagaré porque me separaría años luz de lo que de esta reseña se trata. El
lazo férreo de la literatura con este deporte se podría representar con tres
opiniones, comencemos con la detractora; Jorge Luis Borges, el “anarquista”: “El
fútbol es popular porque la estupidez es popular”. “Qué raro que nunca se le
haya echado en cara a Inglaterra haber llenado el mundo de juegos estúpidos,
deportes puramente físicos como el fútbol. El fútbol es uno de los mayores
crímenes de Inglaterra”. “La idea que haya uno que gane y que el otro pierda me
parece esencialmente desagradable. Hay una idea de supremacía, de poder, que me
parece horrible”. Por otro lado el gran Premio Nobel: Albert Camus: "Todo
cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres,
se lo debo al fútbol.", Ahora, no es casualidad que deje acá un solo
pensamiento de alguien a favor. Es porque recurriré a un escritor realmente
fanático del futbol: Eduardo Galeano: “El fútbol se parece a Dios en la
devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen
muchos intelectuales”. ¿Confuso? La literatura siempre y recalco este siempre,
ha estado detrás del sentir humano, y la pasión en todo su espectro de acción.
Es, en síntesis, tema para todo arte.
Víctor Munita Fritis, poeta que comprende perfectamente ese fenómeno psico-fisiológico,
que hace desde amar incondicionalmente una camiseta, un color, una insignia
hasta el reventar en un grito que hermanado con el orgasmo, un ”GOOOOOOOOL” ,
una manifestación sonora que nace desde un aurícula o ventrículo hasta los
labios. El acto del futbol, con todas sus reglas, con todos sus aspectos que representan
la vida en sí misma y ésta, desde el desconocimiento total hasta el fanatismo
acérrimo. Nada más certero que un poeta para antalogar textos respecto a una
pasión tan enajenante como el deporte en comento.
No importa la organización, las
mafias, las desazones de la derrota, los cobros arbitrales truchos, las malas
prácticas, barras bravas y disturbios, sólo basta ver al balón rodar por la
grama verde para que el corazón más ferviente lo olvide todo y vaya detrás de
la esperanza inclaudicable del triunfo o
en su desmedro, luego de la amarga derrota, la espera de una futura contienda y
posible revancha. Don Julio Martínez Prádanos decía “Todo tiene que ver con el
fútbol”, la pregunta ¿Esos once contra once, son una metáfora de la existencia
misma? La poesía podría responder la cuestión. Zapatitos con sangre 66 Poetas del
Fútbol. Es una antología que bien daría algunas luces al respecto. Esta selección
latinoamericana, de variada voz abarca
materialmente un espectro amplio del cúmulo de emociones que provoca el
Fútbol.
Zapatitos con sangre, es una
expresión común de alguien quien juega fùtbol sin la prolijidad necesaria y
entra el campo de juego sin la más mínima consideración por el prójimo, sobre
todo cuando este prójimo es del equipo contrario, lo que da cancha para dar
puntapiés y licencia abierta para cometer faltas que van desde el leve “puntazo” a la franca “plancha” sin
apelación. Arte del pueblo que lo único que demuestra que si se practica de buen modo, una viveza extrema o un
descaro a toda prueba.
Autor a Autor, visión por
visión, la riqueza de la literatura extiende los dedos de las manos apoderándose
del futbol, desde las sentencias innegablemente amantes hasta la acidez extrema
de aquellos que no comparten, comprenden o disfrutan estas “emanaciones
futbolísticas”. Humildemente creo que el secreto de lo que mueve este deporte,
es la simpleza de poder practicarlo, una esférica, las ganas y nada más. Además,
la masa siempre cae en la tentación de ser Director Técnico, dentro de la esta
selección de autores sobresalen, a mi juicio, en una posición delantera: Pablo Paredes,
Fernando Rivera Lutz, Santiago Azar, Tito Manfred, Erick Pohlhammer, Martín
Acosta, Matías Lillo H., Nicanor Parra, Rodemil Aldana, Carmen Berenguer, Leo
Lobos.
Medio Campo: Marcelo Henriquez
León, Carlos Cardani Parra, Daniel Rojas Pachas, Gustavo Palavecino, Mauricio
Redolés, Cristóbal Gómez, Juan Pablo del Río, Alberto Lira, Eduardo Embry,
Francisco Véjar, Jorge Montealegre,
Patricio Contreras Navarrete, Paulo San Paris, Palomo Arriagada, Víctor
Munita Fritis, José Ángel Cuevas, Juan Cameron, Elías Hienam, Ulises Rojo.
Defensa: Omar Chauvié, Andrés
Florit Cento, Camilo Brodski, Juan Manuel Silva Barandica, Flavio Vicente
Lillo, Marcelo Paredes, Claudia Latorre, José María Memet, René Silva Catalán,
Bernardo Gonzalez Koppmann, Jorge Velázquez Ruíz, Nino Morales, Harry Vollmer
Cáceres, Jorge Polanco, Mario García, Gaspar Peñaloza, Yuri Soria Galvarro,
Felipe Mondaca Mijic, Gabriel Impaglione, Paula Bécquer, Ernesto González.
Portería: Cristian Lagos, Cristian
Geisse Navarro, Mónica Montero, Luz María Astudillo Ugalde, Persus Nibaes, Cristian
Brito, Ignacio Borel, Daniela Mora Córdova, Elizabeth Zúñiga Lorca, Sebastián Jesús Villalobos, Carolina
Mayerovich Bahamonde, Eduardo Bachara Navratilova, Pedro Alfonso Valle Portillo,
Ramiro Cortez Contreras, Sandra Santos, Camila Fadda.
Y en virtud de esa ubicuidad, de
esa aquiescencia que da el Fútbol, ese ejercicio “democrático” que nos
extiende, cada cual puede formar un equipo en su razonamiento, cada cual se viste de Director Técnico y sabe qué
posición debe ocupar cada cual tras un
triunfo que debe demostrarse con el balón acomodándose entre la red más allá
del pórtico. Gana la pasión, el gol que es en sí mismo un poema que estalla
en la atmósfera y viaja a través del aire a
todos, el fútbol es un carnaval como la vida misma, en la cual todos
podemos opinar, podemos compartir con desconocidos el furor eléctrico de ser
hincha, los cantos.
La poesía tiene en común con el fútbol la no reductiva forma de simbolizar la más profunda representación del mundo y de la naturaleza humana y esto es lo que comprende a cabalidad Victor Munita Fritis al ser antologador de Zapatitos con sangre 66 Poetas del Fútbol.
Una selección imprescindible para los amantes y cultores de la literatura, un acopio de espiritualidad para aquellos adictos al verdadero "Rey de los deportes" por la extensión, el ritmo , los matices, la calidad de los convocados y la dedicación demostrada, da como resultado final que sea ALTAMENTE RECOMENDABLE. Atrévase a divagar entre poemas y recuerde; el balón es su amigo.
La poesía tiene en común con el fútbol la no reductiva forma de simbolizar la más profunda representación del mundo y de la naturaleza humana y esto es lo que comprende a cabalidad Victor Munita Fritis al ser antologador de Zapatitos con sangre 66 Poetas del Fútbol.
Una selección imprescindible para los amantes y cultores de la literatura, un acopio de espiritualidad para aquellos adictos al verdadero "Rey de los deportes" por la extensión, el ritmo , los matices, la calidad de los convocados y la dedicación demostrada, da como resultado final que sea ALTAMENTE RECOMENDABLE. Atrévase a divagar entre poemas y recuerde; el balón es su amigo.
La editorial es Cuarto Propio. Muy pronto.
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