jueves, julio 14, 2011

LA CAIDA DEL AUSENTE por MAURICIO BARRIENTOS


Nunca dirás, introvertido, que la película de tu vida
funciona de otra manera.
Engendra flores del fuego muerto.
Mezcla aliento con el aire de allá.
Usa el bulto de viajero derrotado y no estrellas en la
ciudad.
Allá recorro,
Allá mi otro yo se idiotiza con la alegría del verano;
Una siniestra cabina telefónica que espera:
5-7-6, cabina 27, planta baja
5-7-6, cabina 27, planta baja;
Madre, tienes que entenderme.
A la brumosa membrana que rodea Santiago o a los
rostros alucinados;
El sol achicharra el corazón de los capitalinos
--contrabando de ilusiones-- hermosa canción ridiculiza
la raza,
cuando parado en el décimo piso de un departamento
vacío
con personas vacías
con un silencio vacío
con el ruido vacío de las avenidas,
y yo estaba comiendo semillas de maravilla como si
ese instante
fuese el instante adecuado par agachar la cabeza,
romper tiernamente en 2, con mis delicadas manos
y mirar la noche de verano,
los edificios,
el sin fin que hace imaginar el calor, oh atmósfera
¿Qué pretendes estúpido detrás de tu sucio atuendo?
Yo recordaba el pasado en condiciones normales,
ellos siempre producían sentimientos de rareza.
recordé, apoyado a la ventana, veraneos de adolescencia.
recordé a mi mujer, tristemente abandonada y enferma,
haciendo el amor en una desolada playa.
recordé también (eso no pude dejar de recordarlo)
a mi difunta amante, la viuda loca, la enferma de placer
y poder;
--imagen añeja y confidencial de los treinta--
Y yo comía semillas de maravilla y nadie me preguntaba
Y el calor era inmenso y no sabía si estaban con ropas
O si yo debía abandonarlo.
Pero, qué haría en la calle a esta hora;
Miraba, por un pasillo, por una puerta, hacía la calle;
¿Hacía dónde voy hoy día?
La última volada de la tarde,
la noche me aprieta y me suelta
¿Cuáles eran las alternativas?
¿Un quiebre emocional?
El daño separa mi inercia,
La soledad me traga como un beso a la víspera
Y nadie preguntaba nada y nadie hablaba;
¿Qué música te atrae ahora?
La caída de la risa,
si recuerdas por un instante aquella imagen,
no volverás a vivirla, está muerta.
¿Qué sueñas?
El abismo que aprieta,
A media noche recordaba esa monstruosa cabina
telefónica;
Está ocupado, desea esperar un momento,
y si hablo más tarde, ¿de qué hablo?
--y para volver a renacer de nuevo--
¿Qué sientes?
Bajar por un enorme laberinto
¿Es mucho pedir eso?
(el laberinto de la mentira)
--parece mentira verse al otro lado--
O el movimiento es una constante que deprime.
El introvertido pensaba que no estaba siendo introvertido
por lo tanto no era introvertido.
El departamento existía sólo a la hora
en la noche de verano y ese cíclico ruido eterno.
Los individuos se repartían
fumaban
descansaban;
en fracciones de tiempo la película de su vida
funcionaba,
y si por las noches tengo pesadillas
en el día la reality es otra
y las cabañas telefónicas son other
y el acto de contarlo es otro.

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