... Ruido, ruido y hombres pálidos, (... ¡ruido!..), casas y casas y casas y casas con 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, etc. etc. pisos, público, público y público, dolor, público, público y público, bencina en las cosas, bencina en las almas, bencina en las bestias, bencina y oro, oro y bencina, bencina en las cosas, bencina en las almas, bencina en las bestias, bencina; así es, asi New-York la máquina burocrática y mala; y... un cielo cualquiera, ordinario, amarillo, do cuarto, quinto, sexto, o sétimo orden, sobre el vasto poema trunco y muerto, muerto y trunco y la vanidad azul de los edificios norteameri-canos. ..
New-York, New-York es como un grande aviso grande, fenomenal, universal, tracen dental pegado en el trasero cosmopolita de la tierra... ¡New-York! . . (— si le aproxima¬seis un fósforo, solo un fósforo aquella yvan ciudad comercial arderia como una hoja seca, como una hoja seca, como tina hoja seca que iluminase, solitaria, los cuatro puntos, los cuatro puntos cardinales!..).
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