Los enfermeros nos alejaban del frío de la muerte
Espalda contra los
muros de brazos
cruzados semejando estatuas de sal.
Una pared de libros en blanco divide la sala
La pelota de ping-pong da
golpes en la mesa (sonoros golpes reales)
Más allá unos ojos
huesos endurecidos por la espera
miran sin vera nadie
en patios amurallados
El humo protagonista donde congregarnos
bajo el sol que sorna
La mitad de su cuerpo ramera pintarrajeada
travestí de si mismo hecho
carne donde
nos erguimos una y otra vez
- ustedes quemaron mi rostro en la
televisión -
Y
aquellas cuencas alucinaban
lejos
en el cuadrilátero inmóvil del
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