Fue en medio del recital de poesía
Lleno hasta al hartazgo,
De viejas ociosas y estudiantes borrachos.
Fue escuchando a los artistas mediocres,
Que no paraban de soñar con imposibles.
Fue observando por dentro mi cabeza llana de humo.
Fue ahí, fue aquí,
Donde descubrí toda la mentira que es el arte.
Igual que el amor, una
flor en otoño,
Todo se tornara en promesas incumplidas.
En medio del salón bailaba la vergüenza
Y
se hacía imposible elevar la
mirada.
El recital de poesía era el cuadrilátero
Donde se batían y caían todos nuestros sueños.
¿Qué hacemos aquí?
¿Qué diablos hago yo aquí?
En vez de perderme entre los parroquianos del bar
Del otro lado de la
vida,
Me siento frente a una multitud de monos sabios
Y
soy un niño de la calle que
balbucea palabrotas.
Es salir y llorar, es correr y cantar.
Espantarse como una virgen bajo un caballo.
Y
aunque todo sea tan inútil
Volver una y otra vez al
Recital de poesía.
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