domingo, diciembre 08, 2013

PLENO MARGEN por ANDRE BRETON



A Pierre Mabille

No soy partidario de los adeptos
Nunca he vivido en el caserío La Charca de las Ranas
La lámpara de mi corazón echa humo y empieza a tener hipo al acercarse a los atrios

Nunca me interesé sino por lo que no se andaba con cuidado
Un árbol escogido por la tormenta
El barco de fulgores traído por un grumete
El edificio de la única mirada sin parpadeo del lagarto y mil frondas
Sólo he visto con exclusión de las demás a mujeres que tenían problemas con su tiempo O bien subían hacia mí alzadas por los vapores de un abismo

O también ausentes hace menos de un segundo me precedían con el paso de la Tañedora de salterio
En la calle al menor viento donde sus cabellos llevaban la antorcha

Entre todas esa reina de Bizancio cuyos ojos sobrepasan tanto el ultramar
Que nunca puedo estar en el barrio de Les Halles donde ella se me apareció
Sin que se multiplique interminablemente en los espejos de los carritos de las vendedoras de violetas

Entre todas la niña de las cavernas su abrazo que prolonga con toda la vida la noche esquimal
Cuando ya la madrugada sin aliento graba su reno en el cristal

Entre todas la monja con labios de capuchina
En el autobús de Crozon a Quimper
El ruido de sus pestañas molesta al herrerillo
Y el libro con broche va a resbalar de sus piernas cruzadas

Entre todas la antigua pequeña guardiana alada de la Puerta
Por la que las conjeturas se cuelan entre los carricoches
Me muestra alineados unos cajones con inscripciones ideográficas a lo largo del Sena Está de pie sobre el huevo roto del loto contra mi oreja
Entre todas la que me sonríe desde el fondo del estanque de Berre
Cuando desde un puente de Les Martigues a veces apoyada contra mí sigue la lenta procesión de las lámparas tumbadas
En traje de baile de las medusas que giran en la lámpara de araña
La que simula no serlo todo en esa fiesta

Ignorar lo que tiene de votivo ese acompañamiento reanudado cada día en los dos sentidos

Entre todas

Vuelvo a mis lobos a mis maneras de sentir
El verdadero lujo
Consiste en que el diván acolchado de satén blanco
Lleva la estrella de la laceración

Necesito esas glorias de la noche que golpean al bies vuestro bosque de laureles

Las conchas gigantes de los sistemas erigidos que se presentan en corte irregular en el campo
Con sus escaleras de nácar y sus reflejos de viejos vidrios de linternas
Únicamente me retienen en función de su parte de vértigo
Concedida al hombre que para no dejar escapar nada del gran rumor
A veces ha llegado a romper los pedales

Tomo mi bien en las fallas de la roca allí donde el mar
Precipita sus globos de caballos montados por perros que aullan
Donde la conciencia no es ya el pan en su manto de rey
Sino el beso el único que se recarga con su propia brasa
E incluso seres internados en un camino que no es el mío
Que es el contrario del mío hasta lo inconcebible
Se hunde en la arena al principio en la fábula de los orígenes
Pero el viento se ha alzado de pronto las rampas se han puesto a oscilar enormemente en torno a su manzana irisada
Y para ellos fue defenestrado el universo
Sin tener cuidado ya con lo que no debería terminar nunca
El día y la noche intercambian sus promesas
O los amantes en el punto débil del tiempo encontrando y perdiendo el anillo de su fuente

Oh gran movimiento sensible mediante el cual los otros consiguen ser los míos
Incluso aquéllos en la carcajada de la vida enmarcados de sayal
Aquéllos cuya mirada hace un desgarrón rojo en las zarzamoras
Me arrastran me arrastran a donde no sé ir
Con los ojos vendados te quemas frío frío
Golpearan como golpearan su cubierto está puesto en mi casa

Mi bello Pelagio coronado de muérdago tu cabeza
erguida sobre todas esas frentes inclinadas

Joachím de Flore llevado por ángeles terribles
Que a ciertas horas hoy todavía abrazan con sus alas los suburbios

Donde las chimeneas crepitan invitando a una resolución más cercana en la ternura
Que las rosadas construcciones heptagonales de Giotto

Maestro Eckhart mi maestro en la posada de la razón
En la que Hegel dice a Novalis Con él tenemos todo lo que necesitamos y se van
Con ellos y el viento tengo todo lo que necesito

Jansenio sí te esperaba príncipe del rigor
Debes de tener frío

El único que en vida consiguió no ser más que su sombra
Y de su polvo vimos subir la flor del espasmo amenazando a toda la ciudad
París el diácono

La bella la violada la sumisa la abrumadora La Cadière

Y vosotros señores Buenos días
Que con grande pompa efectivamente habéis crucificado a dos mujeres creo
Vosotros de quienes un viejo campesino de Fareins-en-Dôle
En su casa entre los retratos de Marat y de la Madre Angélica
Me decía que al desaparecer dejasteis a los que vinieron y a los que puedan venir

Provisiones para mucho tiempo



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