Los pasos del oficio de Roy
Sigüenza que deja como una senda indeleble en Manchas de Agua, impresiona al
lector, le abisma, le estira y le lleva de la mano en un sutil paseo de mar ,
noches , bar, abrazos, oscuridad y barras sosteniendo vasos con bebidas
espirituosas.
El inicio de esta selección
poética cifra su oriente en dos composiciones teñidas de un onirismo
fortalecido en imágenes precisas y contundentes:
Del poema Válvulas 2:
“Perros que dicen monosílabos
hacen bultos para sus despedidas.
Sólo un hombre aprende del frío
la moldura del silencio.
Caminemos allegados míos caminemos
lejos de esta ciudad descascarada.”
A modo de contrapunto Sigüenza
nos asalta con definiciones, notas y reflexiones en prosa poética o sólo prosa,
interesante es detenerse en su
definición de Poesía:
“La poesía: un entredicho que se va aclarando o se
zambulle frente a la
amenaza del silencio, de espaldas a la transparencia que
se rompe; un
tropiezo que blanquea el hueso de la voz ante el bullicio
de las
máscaras que nos maltratan, una forma de llegar a esa
posibilidad o
también una forma de perderla.”
El mar que invoca el poeta es
indiferenciado y una dimensión extensa del agua que como medio de transformación
llega hasta la orilla de su existir o abiertamente algo tan antiguo como el tiempo.
“Mañana será lo mismo: el mar
es un fósil despierto”
De
Todo el mar se parece.
“¿Cuántas veces el mar está
ahí
vacío de nosotros que vamos a
beberlo
abandonada toda iniciativa de
murientes?”
De Continuum.
El amor pasea entre el grito vida o de sobrevivencia hasta el murmullo casi
imperceptible entre versos tácito pero presente, herido o convaleciente. Sin
dejar de lado una erotización que complementa al verso.
“Como esa forma de amor que
perece
Cada vez que alguien en alguna
parte dice:
ámame libremente.”
De Thriller.
“El amor es una extraña
prevención
en el paisaje”
De
un Rousseau.
“Después,
eso es: un fruto de la dicha,
una respuesta feliz
que se tiende en la arena de
la playa.”
De
Marina.
A Roy Sigüenza en la búsqueda de
su vox poética no escatima el utilizar
recursos teatrales, diálogos de una escena entre dos ángeles, hasta la
utilización del Coro, a la usanza griega clásica. Los personajes delineados de
verso a verso como Tim el Bebedor o Ella, la estremecida.
Con la misma licencia llega al
lector acompañado por otros, los recrea, les reinventa les da una versión de su
alma a cada uno de ellos: Whitman, Hart Crane, Silvia Plath, Ingeborg Bachman,
Elizabeth Bishop, Tracy Chapman, W.H. Austen, Constanstino Kavafis, J. Genet, Y.
Mishima, M. Foucault, Tennessee Williams, Truman Capote y otros.
El bar y en especial la barra
donde reposan además de esos recipientes de alcohol e historia, el lugar común de
la poesía, los poetas y el alma de los abandonados del mundo. Una pregunta: ¿En
que se puede asemejar una resaca a un lapso de melancolía?
“Si los olvidan
algunos van al mar y escriben
poemas
(los más sensibles)
se vuelven enfáticos en sus
trabajos
o cambian de creencias
(los más prácticos)
Tú vas al bar y te embriagas.”
De La Cal del
Amor.
“Aunque prefiera la danza
cheyenne,
el vals le va a Mr. Whitman,
Baila confiado en los brazos
de Jack,
su último camarada.
Sus pasos son naturales
sobre la brillante sala del
bar.”
De Pista de baile.
La Noche y oscuridad son
elementos sostén de escenas que el verso evoca con una carga emocional que nos
apela a nuestra propia historia, o la de los seres subyugados a ella.
tu cuerpo nada pide
tal vez en los trechos de la
noche
el jardín de la estadía
De La visita
del ángel.
La poética de Sigüenza vigorosa
en su lengua espiritual en su manejo de imágenes y del discurso, se refuerza en
un elemento vital que envuelve y hace progresivo su “opus alchimicum”. Su
oficio sólido nos entrega en “Manchas de Agua” una lectura interesante. El agua
no mancha, pero deja en algunos materiales como el papel, un cuarteado, un
relieve preciso cuya presencia es ineludible, en la madera también, detrás de
los espejos en la película de nitrato de plata y otros químicos que mejor ni
nombrar. Así se reproduce el efecto en el lector, una evocación de sentimientos
ineludibles.
Cinosargo Ediciones nos trae
esta muestra notable y muy recomendable del poeta ecuatoriano Roy Sigüenza.
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