miércoles, junio 22, 2011
CARTA ABIERTA AL SR. PAUL CLAUDEL EMBAJADOR DE FRANCIA EN JAPÓN
"En cuanto a los movimientos actuales, ninguno puede conducir a una verdadera renovación o creación. Ni el dadaísmo ni el surrealismo que tienen un solo sentido: el amariconado.
Más de una persona se asombra no de que yo sea buen católico, sino escritor, diplomático, embajador de Francia y poeta. Pero a mí no me parece que haya nada extraño en esto. Durante la guerra estuve en Sudamérica para comprar trigo, carne en conserva, tocino para los ejércitos, y le di a ganar mi país doscientos millones."
(II Secolo, entrevista con Paul Claudel reproducida por Comoedia el 17 de junio de 1925)
Señor:
Lo único amariconado que tiene nuestra actividad es la confusión que siembra en la mente de los que no participan en ella.
La creación nos importa muy poco. Lo que deseamos con todas nuestras fuerzas es que las revoluciones, ; guerras y las insurreciones coloniales logren aniquilar a esta civilización occidental cuyas miserias ustedes defienden hasta en el Oriente , e invocamos esa destrucción como el estado de cosas menos inaceptable para el espíritu.
Ni el gran arte ni el equilibrio existen para nosotros. Hace ya mucho tiempo que la idea de belleza se arranció.
Sólo queda en pie una idea moral, a saber. por ejemplo. que no se puede ser a la vez embajador de Francia y poeta.
Aprovechamos esta ocasión para desolidarizamo; públicamente de todo lo francés en palabras y en actos.
Declaramos que la traición y todo lo que de una manera u otra puede dañar la seguridad del Estado nos parece mucho más conciliable con la Poesía que la venta de grandes cantidades de tocino por cuenta de una nación de puercos y perros.
Un singular desconocimiento de las facultades propias y de las posibilidades del espíritu es el que lleva periódicamente a buscar la salvación a los patanes de la especie de usted en una tradición católica o grecorromana. La salvación, para nosotros, no está en ninguna parte. Consideramos a Rimbaud como un hombre que
perdió la esperanza en su salvación y cuya obra y vida son testimonios cabales de perdición.
Catolicismo, clasicismo grecorromano: quédense con sus santurronerías infames. Que les aprovechen como sea; engorden más, revienten bajo la admiración y el respeto de sus conciudadanos. Escriban, recen y babeen nosotros reclamamos el deshonor de haberlos llamado de una vez por todas petimetres y canallas.
París, 1 de julio de 19
Máxime Alexandre, Louis Aragón, Antonin Artaud, J.-A. Boiffard, Joé Bousquet, André Bretón, Je Carrive, René Crevel, Robert Desnos, Paul Eluard, Max Ernst, T. Fraenkel, Francis Gérard, Eric Haulleville, Michel Leiris, Georges Limbour, Mathias Lübeck, Georges Malkine. André Masson,M Morise, Marcel Noli, Benjamín Péret, Georges Ribemont-Dessaignes. Philippe Soupault, Dé Sunbeam, Roland Tual, Jacques Viot, Roger Vitrac.
Etiquetas:
crónica,
poesía universal
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