domingo, diciembre 01, 2013
RESPIRACIONES MENTALES por ALLEN GINSBERG
Así cruzado de piernas sobre un cojín redondo en Teton
Space —
Respiré sobre el estrado de aluminio del micrófono a un
cuerpo de distancia
Respiré sobre el trono del maestro, la silla de madera
con el cojín amarillo
Respiré más allá de la tasa de sake medio vacía del gurú
de la respiración
Respiré sobre las ramitas verdes llenas de hojas de la
planta en el florero
Respiré sobre los vastos cristales que reflejaban a los
reunidos haciendo Sangha en la cafetería de la
meditación
y mi aliento a través de las fosas nasales flotaba hacia la
polilla del atardecer golpeando las ventanas iluminadas
respiraba sobre las ramitas del álamo temblón las altas
hojas amarillas de septiembre en el ocaso al pie
de la montaña
respiraba sobre la montaña, sobre la nieve de los
desfiladeros anillados bajo la blanca espuma de la masa
de nubes & su lenta respiración
con el viento a través de Teton Pass hacia Idaho,
cordilleras grises bajo el espacio azul barrido
por delicadas ráfagas de nieve, alientos del Oeste
la hierba de la montaña temblando en los vientos
diminutos de Wasatch
Brisas del sur al final del otoño en las calles de madera
del templo de Salt Lake,
polvo blanco de sal alzado en remolino por el denso
lago de plomo, polvo acarreado sobre el pozo de
Kennicot hacia el masivo Unit Rig,
hacia el neón de Reno, cuentas en dólares rozando el agua
de la calle por los bordes,
hacia las hojas del roble de las Sierras que caen con los
escalofríos del otoño
vendavales de nieve comenzando en las puntas
un aliento de plegaria en las hojas de Kitkitdizze cerca
del suelo,
sobre el techo de tejas de Gary, sobre los pilares del
templo, tiendas y árboles de manzanita al pie de las
Sierras empinadas —
un aliento desciende sobre el valle de Sacramento, viento
que ruge en la autopista de seis carriles sobre el
Puente de la Bahía
alboroto de papeles flotando sobre la calle Montgomery,
pichones que bajan revoloteando antes del atardecer
desde el campanario blanco de Washington Park —
aguas del Golden Gate coronadas de blancura
precipitándose a las extensiones del Pacífico
sobre Hawaii un viento balsámico a través de las palmas
del Hotel, un calor húmedo barrió la base aérea,
una brisa malsana en los corruptos hangares y aduanas
de Guam,
vientos claros soplan en las playas de palma & coral de
Fiji, las banderas parpadean en los hoteles de madera
de Suva, los taxis vuelan por los negros que salen
a pasear el viernes por la noche bajo la ventana de la
discoteca rocanrolera que palpita allá arriba con
neón Inglés —
en una brisa en Sidney, sobre las colinas de hierba donde
los hongos crecen en el Estiércol de Queensland, por
los callejones de Adelaide la música del Dobro de
Brian Moore oscila en el viento —
sobre la Tierra de Darwin, en la brisa del verde océano
de la Península de Gove, el castañeteo de una canción
del pueblo Yerkalla se pega a la ola que tiembla
Sí y un viento sobre las aguas mercuriales del Noreste de
Japón, un gong de madera hueco resuena en el
templo de Kyoto bajo la hierba ondulante del cementerio
Una sirena de niebla sopla en el Mar de la China,
aguaceros torrenciales sobre Saigón, bombarderos
sobre Cambodia, visionados diminutos desde las torres
de piedra multifacéticas de Avalokiteshvara en Angkor
Wat una noche con viento,
una bocanada de opio de una boca amarillenta en
Bangkok, una densa bocanada de hashish manando de
las narices y los ojos de un saddhu barbado en
Nimtallah Burning Ghat,
humo de madera que flota sobre el Puente Hoogley,
incienso quemado bajo el Árbol de Bo en Bodh Gaya,
en Benares arden las pilas de madera al devolver
Manikarnika las almas incensadas a Shiva,
el viento coquetea en las hojas amorosas de Brindaban,
y el aire sereno en el piso de la gran mezquita sobre
los pasadizos de la Vieja Delhi,
viento que sopla sobre el muro de piedra del pueblo de
Kausani, las cumbres del Himalaya que corren por
cientos de millas en el horizonte nevado, banderas
rituales que ondulan sobre los techos cafés de las casas
de madera de Almora,
los vientos comerciantes llevan dhows a través del océano
Índico a Mombassa o al puerto de vela junto al río,
de Dar ’Salam, las palmeras se mecen & los marineros
envueltos en algodón se duermen en los muelles —
Suaves brisas por el Mar Rojo hacia los secos hoteles de
Elat, hojitas de papel desperdigadas en el Muro de las
Lamentaciones, derivando hacia el Sepulcro
Céfiros Mediterráneos que dejan Tel Aviv, sobre Creta,
los molinos de viento en las llanuras de Lassithi
giran todavía, siglos & siglos cerca de la cueva donde
Zeus nació
El Pireo azotado por las olas, las aguas de la laguna de
Venecia estallando sobre la Plaza de San Marcos
inundada, lodo en el pórtico de mármol, góndolas que
suben & bajan en el agua picada del Zatteree,
Septiembre helado que tirita en las arcadas de Milán,
huesos fríos & abrigos aleteando en la Plaza de San
Pedro,
por la Vía Apia, silencio en las tumbas, estelas impasibles
en la hierba de un sendero solitario, el aliento de un
viejo que trabaja en un camino —
A través de Scila y Caribdis, el humo de un tabaco
Siciliano flotaba sobre la cubierta del barco,
en Marsella el humo negro de las chimeneas de carbón
sube a las nubes, el viento se lleva la espuma blanca
del vapor hasta Tánger,
un soplo del otoño teñido de rojo en Provenza, lentos
botes en el Sena, la dama se arropa en su capa ceñida
al cuerpo en la coronilla de hierro de la Torre
Eiffel —
a través de las rudas olas verdinegras del Canal, en los
botes de cerveza de Piccadilly, Londres, enrollados en
concreto bajo el busto plateado de Eros, el Sunday Times
se levanta y cae en los escalones mojados de la fuente —
sobre el día azul de la isla de lona y la brisa fragante de las
Hébridas Interiores, la niebla cruza el Atlántico,
helado y blanco en el soplo del Labrador, hacia los
cañones de Nueva York bolsas de papel manila que
ruedan hacia Wall desde el Lower East —
un aliento sobre la cabeza de mi Padre en su departamento
en Park Avenue Peterson,
una fría brisa de septiembre que baja de East Hill, y el
temblor rojo de los arces en Cherry Valley,
por la Ciudad del Aire de Chicago el vasto aliento de la
Conciencia se disuelve, las chimeneas de las
fábricas y los autos sueltan humos muy caros en una
cinta a lo largo de las vías,
hacia el Oeste, una sola respiración recorre las
planicies, los campos de Nebraska cosechados & el
rastrojo que se dobla delicadamente con el aire del
atardecer
por las Rocallosas, de Cherry Creekbed en Denver se
levanta otro zafiro,
sobre el pico Peak una ráfaga helada en el ocaso, las
cumbres de Wind River flotando hacia Teton Pass,
una respiración vuelve deslizándose por las praderas
punteadas por las vacas en Jackson Hole, a un rincón
de las llanuras,
por el camino de asfalto hasta el barro del lote baldío,
una brisa de inquieto septiembre, por las escaleras
de madera sube en el viento
hasta la cafetería de Teton Village bajo el montacargas
rojo
una serena respiración, una silenciosa respiración, una
lenta respiración que sale por mis fosas nasales.
Septiembre 28, 1973
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