(catorce)
Desde mil sueñosconstruimos esta ciudad
que reconoció como suyos
nuestros pasos
y nuestras palabras,
cerramos los ojos
vivimos mil años
de lluvias y sol
interminables
En tus alas
Mariposa
se dibujaron
cada uno de nuestros besos
la bóveda que parió
las dispersas estrellas
del firmamento:
La infancia
el canto
que fundó el corazón del mundo
Yacimos
Entre quimera y destinos
abismo en que reposó
el mar que amaba
con profundo delirio
al tiempo
nos juramos eternos
en la sangre sin sangre y sólo luz…
Y tu aleteo fue susurro
de finales que jamás comprendí
cientos de poemas disipados
en el color de tus alas
Mariposa
Se oscureció la atmósfera
en tus latidos y los míos
y una infinita cadena de lazos muertos
La ausencia
se durmió en tus labios
dejamos de ser niños
y juegos en el amplio
pasillo de los atardeceres.
Las despedidas
son amargos evangelios
¿ Dónde, dónde estás Mariposa?
Las batallas finalizaron
más allá de los muros
de esta frágil ciudad
Y no buscas
en la herida de la noche
las dulces invocaciones
para nuestros espíritus:
esa caída mortal que nos liberaba
de una cruel realidad
Tus alas no agitan la esperanza
que se sembraba por el aire
y sólo encarnas silencio
y te coronas de una agonía
que hacen de tu vuelo
el necesario cristal
para una muerte temprana
La espalda se cubre de cicatrices
diluyendo las huellas
que tus dedos trazaron
Hay frío
Frío sin sangre y sin destino
Hay frío
Y somos hijos del desamparo
que sepulta la distancia
somos sin desearlo
los párpados abiertos
luego
de un largo sueño
sin sobresaltos
una luna
de ausencias
atavío de oscuros minutos
y final
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