lunes, febrero 28, 2011
EL LIBRO DE LAS REVELACIONES DE VICTOR MUNITA FRITIS: UN POETICO EVANGELIO APOCRIFO
Desacralizar, se cree un trabajo infeliz e ingrato. En “El Libro de las Revelaciones” de Víctor Munita Fritis, vemos otro cariz a esta labor, inteligente y sensiblemente este poeta logra un equilibrio entre el sentimiento y lo sagrado, esto amerita un análisis más profundo.
Hace siglos cuando se estructuró la Biblia como libro material y espiritual, se eligió sólo historias “Inspiradas en Dios” o de “inspiración divina”, algo que empíricamente es difícil de precisar en términos objetivos y a la postre en términos científicos, así como saber el porqué el libro de Judith está en la Sagrada Biblia y desaparece en la “Santa”. Sí, claro que hay dos. De los tres mil libros se eligieron los que hoy componen este libro sagrado. Se divide en Antiguo y Nuevo Testamento, en el nuevo , los libros que le componen fueron escritos varias décadas después de sucedidos los hechos contenidos y narrados. Los libros sobrantes son conocidos como “Evangelios Apócrifos” …concepto que no es el más atinado, no es que sean falsos por lo de apócrifos, sino que extra canónicos, entre ellos: el Evangelio de María Magdalena, de Tomás , de Felipe, de Valentín, de Pedro, Bartolomé, Nicodemo, etc. Parecía que no sólo actualmente se tenían ansias tan fuertes y elevadas de escribir. Dada esta introducción, vamos a lo que nos interesa.
Hay dos tipos de lector para el libro de Munita Fritis. El Católico recalcitrante, incluso, el normal católico y el humanista.
Una bofetada firme y bella desde los primeros textos de este poemario recibe el fanático católico y el moderado y el que ha dejado esta fe. Esta materialización o encarnación de María Virgen hecha carne , hecha mujer como lo que fue hace dos milenios y más, es un atentado directo y flagrante, recordando que según la doctrina “es la más perfecta de las criaturas de Dios”. Dios la llenó de gracia y perfección porque le había escogido, desde la eternidad para que fuese su madre, historia ya conocida, el poeta la trae a un estado histórico suspendido , casi como la eternidad, en el sentido que el presente es pasado el pasado es presente casi sin sentir una necesidad de futuro, nuestra imaginación observa una María de los films , casi Olivia Hussey, y una María contemporánea , una de carne y hueso y que parece cargar con todo el peso de preocupación por su pareja , su hijo, el trabajo, su hogar. Si el lector doctrinario abandona después de dos poemas este libro, se pierde de distintos cuadros espirituales, algunos sutiles y hermosos , otros ásperos y algunos incluso causantes de una carcajada, natural y gentil.
El lector humanista , más allá de disfrutar la belleza , el amor, la devoción carnal , se abisma en el equilibrio que logra Munita Fritis para depositar los pies de la virgen en el suelo , en este asfalto de principios de milenio y además de ponerla sobre unos tacos altos. La sacralización de algún modo logra que el hombre, más preciso, el corazón de la humanidad creyente se aleje de La Virgen y el hijo. La firme ternura de las frases poéticas, de los textos en bella armonía, esa cadencia medida por el metrónomo de nuestros pechos hace que este libro tome fuerza, euritmia, eufonía, un bello contenido a través de una mirada serena palpitante y viril.
Técnicamente es un libro sólido, bellamente transgresor, compacto en el número de hojas, equilibrado, sin palabras rebuscadas. Lo que representa esta obra es la imagen femenina representada en diversos matices y perspectivas, la mujer, esa naturaleza para muchos ignota y reluciente pilar fundamental de esta especie. La mujer ama y señora del placer carnal y la madre devota. Imperdible, excelente poemario
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