El dolor del matrimonio:
muslo y lengua, querido
pesan con él,
rebota en los dientes
Buscamos comunión, querido,
y somos rechazados
ambos
Es leviatán y nosotros
encerrados en su barriga
buscando alegría, alguna alegría
no conocible fuera,
dos a dos en el arca de
su dolor.
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