VIENTOS MARINOS por ALFONSINA STORNI
Mi corazón era una flor,
de espuma;
un pétalo de nieve,
otro de sal;
viento marino lo tomó
y lo puso
sobre una mano
encallecida a mar.
Tan fino encaje
sobre mano ruda
¿cómo podía anclar?
Golpe de viento
lo llevó de nuevo;
lo llevó a tumbos
por la inmensidad.
Rodando aún está.
Se enreda a las cadenas
que golpean los flancos
de los buques... ¡ay!...
Se trata de amistad?
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