miércoles, octubre 30, 2013

LEIDA BLUES DE UGO MALATESTA



Un recorrido a través de las profundidades más recónditas del ser humano que ahonda en los
instintos sexuales y de muerte que nos persiguen, a lo largo de las interminables noches de nuestra
existencia.

Sueños desiertos con Leida Blues

Ugo Malatesta nos presenta un poemario incisivo y afilado, que ahonda en las profundidades más turbias del ser humano y el instinto sexual. Con una poesía minimalista – heredera del realismo sucio – , se caracteriza por la sobriedad y la precisión. Mediante una escritura punzante, el lector queda
completamente atrapado con unos versos descarnados, repletos de vida y, también de una muerte anunciada , cuya aparición hace huella en cada uno de los poemas que conforman Leida Blues. Prostitutas (incluyendo a Leida, la camarera que da nombre al libro) y poetas son los personajes principales en torno a los cuales gira toda esta reflexión de despedida; una declaración de
desazón, mientras agonizamos abandonados por los rastros de noches de alcohol y amores perdidos.

Ugo Malatesta (México, 1962) vivió su infancia en el barrio de Santa María la Redonda, entre
mariachis, catadoras y la tilichera de su abuela. A los cuatro años, se mudó al barrio
iztapasalsa, a orillas de la ciudad de Tenochtitián, donde cursó la primaria en la escuela. Sin embargo, no fue hasta la adolescencia, en que Ugo Malatesta descubrió la poesía y la literatura, gracias a una maestra de Español. Su andadura comenzaría escribiendo canciones que entonaba en festivales populares y escuelas de bachilleres.
Unos años más tarde, se decidiría a empezar a escribir.

Extracto autobiográfico del autor

“En mi casa nunca hubo tantos libros; una maleta con algunos de historia universal que eran de mi padre, de los cuales, sólo me importaban las hermosas laminas que los ilustraban.
Luego, a santos de sabe qué, apareció un volumen de Los Hijos de Sánchez de Oscar Lewis. Y confieso que me embrujaron sus escenas de caldito detrás de esos zaguanes herrumbrosos. Más después, me encontré una biografía que escribió Irving Stone: Anhelo de vivir, que discurría sobre la vida de Vincent Van gogh. Creo que eso desacomodó algunos cajones de mi interior.
Pasó el tiempo, y casi me olvidé de esa posible fiebre (letraria) cuando, un medio día jugando futbol con otros niños en un terreno baldío donde tiraban basura y muertos, me encontré un pedazo grande de Crónica de los Chorrocientosmil días en el barrio de Tepito de Armando Ramírez, y ahí fue que
me enfermé… bueno, ni tanto.”

Ugo Malatesta

PARA MAS INFORMACION: prensa@editorialfoc.com

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